París Saint Germain goleó 5-1 al Estambul Basaksehir de local por la última fecha del grupo H de la Champions League y aseguró el primer puesto, un día después de haber logrado la clasificación a octavos de final gracias al 3-2 del Leipzig sobre Manchester United, que terminó tercero y tendrá que jugar la Europa League.

El encuentro quedó trunco a los 14 minutos del primer tiempo el martes por un escándalo que dio la vuelta al mundo. El cuarto árbitro, el rumano Sebastian Coltescu, indicó al árbitro Ovidiu Alin Hategan que expulsara por protestas “a ese negro”, en referencia al camerunés Pierre Webo, asistente del entrenador turco Okan Buruk.

El ex delantero de Nacional consideró el hecho un acto racista y los jugadores de su equipo se levantaron del banco de suplentes para reclamar. De inmediato se solidarizaron los futbolistas del PSG, por lo que ambos equipos se retiraron del campo. La UEFA cambió a la cuarteta arbitral y fijó el cotejo para el otro día.

Al momento de la reanudación, los dos cuadros se formaron alrededor del círculo central y realizaron el gesto antirracista más icónico de los últimos meses, colocando cada jugador una rodilla en el suelo y levantando un puño cerrado apuntando hacia arriba. Hubo una pancarta en la tribuna principal del Parque de los Príncipes con la inscripción “no al racismo” en inglés y en francés, y la misma frase se leyó en las remeras de calentamiento.

Luego de las proclamas se jugó un partido que no fue tal. Neymar abrió la cuenta con un golazo desde afuera del área a los 21’ y aumentó a los 38’ de contragolpe tras una asistencia de Kylian Mbappé, quien selló el 3-0 con el que se fueron al descanso mediante la ejecución de un tiro penal.

Neymar metió el 4-0 a los 50’ con un potente derechazo desde la medialuna tras una pared con Ángel di María, y el quinto fue de Mbappé luego de otra asistencia del Fideo a los 62’. Mehmet Topal descontó a los 57’ casi de casualidad, cuando desvió involuntariamente un remate de su compañero Irfan Kahveci.