En el reencuentro con su exequipo, el Borussia Dortmund, y en uno de los partidos más grises del Manchester City, acudió al rescate Erling Haaland para culminar una remontada por 2-1 y acentuar el dominio del conjunto de Pep Guardiola en el Grupo G de la Champions League.
Fue una de las peores tardes del campeón de la Premier, tanto en el juego como en la gestación de ocasiones. Tardó 80 minutos en disparar entre los tres palos el Manchester City, pero en cuanto tuvo oportunidad dio un giro al choque y se apuntó un nuevo triunfo.
El Borussia Dortmund supo cómo hacer frente al Manchester City en un duelo plano, especialmente a lo largo de la primera parte. El equipo de Guardiola, habitualmente generador de numerosas ocasiones, no tuvo el ritmo de otras veces ni la contundencia habitual.
Los citizens tuvieron siempre la posesión. La presión y el orden del cuadro de Edin Terzic dejó sin ideas al campeón de la Premier antes del descanso. El bajo ritmo y la lenta circulación se mantuvo al inicio de la segunda parte.
El Dortmund empezó a creer en el triunfo y tuvo una gran oportunidad en el minuto 52, en una buena jugada individual por la izquierda de Marco Reus, a pase de Salih Ozcan, que rozó el palo de Ederson.
Aprovechó su momento el elenco alemán y en un saque de esquina, al borde de la hora de partido, se puso por delante en el marcador. El balón cayó a los pies de Reus, que disparó. Se cruzó en el tiro Bellingham que, de cabeza, superó a Ederson.
No apareció Haaland hasta el minuto 66 con un desmarque, pero su tiro dio en el lateral de la red. Arrinconó el cuadro de Pep Guardiola al Borussia Dortmund, que empezó a encerrarse.
Sin acierto con el juego combinativo encontró la solución el City en un disparo lejano a diez minutos del final. Un zapatazo desde fuera del área de John Stones, que no se lo pensó tras recibir el balón de De Bruyne y empató el juego.
El empate alivió la angustia del City, con la derrota al acecho. Buscó el triunfo y para ello apareció Haaland a seis minutos del final. Un centro desde la derecha, con el exterior, de João Cancelo lo aprovechó el noruego, que embocó a la red con una pierna estirada para sellar el triunfo y el liderato del grupo de los ingleses en su partido más gris.