La expulsión del chileno Alexis Sánchez alivió el sufrimiento al que estaba abocado el Liverpool en Anfield con el golazo de Lautaro Martínez y que terminó por permitir a los ingleses guardar la ropa y cerrar su clasificación a los cuartos de final (0-1, 2-1 en el global) de la Liga de Campeones.
El chileno, expulsado por doble amarilla tras dos entradas duras a destiempo, se cargó el ritmo de su equipo, que había puesto en aprietos a los 'Reds', como en la ida, y que esta vez sí consiguió perforar la puerta de Alisson, con un disparo de Lautaro Martínez.
Liverpool, que se estrelló dos veces el balón en el palo mediante Mohamed Salah, avanza a cuartos y recibe un serio aviso de que la Champions está siendo una competición mucho más dura que la Premier League.
Con el resultado de la ida en la cabeza, el Liverpool intentó ser superior desde sus centrales, Joel Matip y Virgil Van Dijk, que le permitían vivir con la tranquilidad de que la defensa estaba cubierta. A partir de ahí fluía el Liverpool, porque el Inter no estaba incómodo, pero cada vez que Alexis y Lautaro encaraban a la zaga 'Red', se daban de bruces con el muro de Van Dijk.
Los italianos habitaban una desesperación que provocaba que, por su propio peso, las ocasiones de un Liverpool con mucha más calidad llegaran. Todas, eso sí, lo hicieron desde las botas de Trent Alexander-Arnold, que sirvió un centro para que Matip se estrellara con la madera y otro para que Skriniar le sacara un cabezazo a gol a Van Dijk.
El lateral inglés, catalizador del peligro, pudo cerrar la primera parte de la mejor forma posible, con una falta perpendicular al arco que se marchó lamiendo el palo.El Liverpool pasó unos primeros 45 minutos demasiado tranquilos para lo que había en juego, para lo que un Inter que no pisa los cuartos de la Champions en una década necesita.
Incluso rozó el 1-0 cuando Salah, en un balón muerto dentro del área, con Handanovic en el suelo y dos jugadores bajo los palos, se topó con la madera. Y ahí dieron un paso al frente los italianos, con los movimientos de Alexis y la rabia de Lautaro.
El argentino, cansado de intentar regatear sin éxito a Van Dijk, se sacó toda la frustración de encima en el minuto 60, tomó la pelota en la frontal y la reventó ante el central holandés para anotar a tan solo unos metros de la afición italiana, que explotó durante un minuto y medio.
Noventa segundos que fue lo que tardó Alexis en ver la segunda amarilla e irse a la calle. Merecida, tanto por la entrada sobre Fabinho que le costó la segunda amarilla, como por la primera, en la que se llevó a Thiago por delante y que le pudo costar mucho antes la roja.
El chileno dinamitó a su equipo y provocó que esa última media hora, que hubiera sido un infierno en Anfield, se quedara en poco más que unas ascuas. Salah las pudo apagar, pero una volea suya, preciosa estéticamente, se marchó al palo.
Liverpool, con menos superioridad en los dos partidos que la mostrada en la Premier, avanza a cuartos por cuarta vez en los últimos cinco años, con el peaje de haber perdido en Anfield por primera vez esta temporada; el Inter tendrá que seguir buscando ese último impulso que les permita pelear contra los más grandes. Esta vez, al menos estuvo cerca.