En los primeros momentos del juego quedó claro la postura de ambos equipos: Celta de Vigo salió al campo de juego pisando el acelerador. No dejó tranquilo a la defensa del Alavés y convirtió en figura al arquero Roberto Jiménez.

Tanto fue que tuvo su premio. Tras un centro muy bueno de Denis Suárez, el colombiano Jeison Murillo saltó más alto que todos y, de cabeza, marcó el 1-0 parcial a los 14'. Explotó la de alegría el equipo gallego, que tuvo como titular al uruguayo Lucas Olaza.

Celta siguió de la misma forma, buscando hacer más goles y poder liquidar la historia. El árbitro Adrián Cordero cobró un penal a favor del local. Iago Aspas se encargó de cambiarlo por gol a los 20'.

Alavés no daba pie con bola y a los 27' se fue expulsado el defensor Martín Aguirregabiria. Y todavía no vino lo peor. Porque en una ráfaga Rafinha marcó dos golazos (40' y 41') para que el primer tiempo terminara 4-0. Sin dudas, el juego estaba sentenciado.

En el complemento hubo tiempo para que Nolito mostrara un poco de su magia. Primero marcó el 5-0, de penal, a los 78' y a los 86' dio una gran asistencia para que Santiago Mina pusiera el 6-0 final. Celta de Vigo consiguió tres puntos vitales en su lucha por mantenerse en la primera división del fútbol español.