Países Bajos, cuando caía 2-1 ante Argentina, encontró en una jugada preparada el gol del empate que forzó el alargue y posteriormente los penales donde los albicelestes salieron airosos y se metieron en semifinales del Mundial.
Un tiro libre tras falta de Otamendi, en vez de ser pateado por Koopmeiners fue jugado por bajo para Weghorst que recibió en el área y pateó cruzado para inflar las redes.
Una acción que tiene antecedentes en nuestro país en un duelo entre Peñarol y Fénix donde los aurinegros ganaron 2-0 y el colombiano Miguel Murillo anotó con esta receta por la segunda fecha del Uruguayo Especial del año 2016.
En ese partido, donde los carboneros ganaban con tanto de Hernán Dibble, el segundo llegó tras una pelota quieta que Hernán Novick puso como asistencia para el cafetero que no falló para vencer a Santiago Mele.
“Se había ensayado con Junior Arias hace un par de partidos”, dijo Murillo en aquél momento tras la mencionda acción. “Nunca se me pasó por la cabeza que la fuéramos a hacer. Pensé que Hernán (Novick) iba a patear al arco, pero suerte pude pensar rápido, acomodarme a la jugada y definir”.
Esta jugada ya la había intentado el conjunto carbonero en un duelo de Libertadores en el 2003 cuando Bengoechea y Pacheco se concetaron ante Gremio, pero la definición no vio red.