Argentina conquistó la Copa del Mundo por tercera vez tras vencer a Francia en la tanda de penales de la mejor final de la historia. Empataron 3-3 en el estadio Lusail, donde el elenco capitaneado por Lionel Messi tenía todo bajo control, pero despertó Kylian Mbappé.
De pique mostró la Scaloneta que estaba decidida a imponer condiciones y a ganar cada pelota dividida. Con un 4-3-3 bien marcado, presión en campo rival y mucha vivacidad, avisó a los 5’¡ con un disparo de Alexis Mac Allister que tapó Hugo Lloris.
A los 16’ Rodrigo de Paul le robó la pelota a Theo Hernández por la derecha del avance albiceleste, tiró una pared con Messi y centró al medio para Di María, quien remató de derecha y por arriba. A esa altura, el Fideo ya era clave por su carril zurdo.
Di María volvió a ser protagonista a los 21’, cuando eludió a Ousmane Dembélé en el área y fingió un penal que compró Szymon Marciniak. Desde el VAR no corrigieron el error del árbitro polaco y Messi aprovechó el regalo para abrir el tanteador a los 23’.
Argentina siguió dominando y volcando la cancha hacia la izquierda, proponiendo el mano a mano de Di María con Jules Koundé. El 11 metió el 2-0 a los 36’, cuando cerró un contragolpe perfecto a pura velocidad en precisión luego de una asistencia certera de Mac Allister.
Francia parecía no estar en el estadio Lusail. La diferencia de actitud era demasiado para un partido en el que el ganador estaba jugando una final del mundo y el perdedor un amistoso de preparación. Las ganas de ganar quedaron de manifiesto en la etapa inicial.
Didier Deschamps movió fichas a los 41’ con los ingresos de Marcus Thuram y Randal Kolo Muani por Dembélé y Olivier Giroud, quien había llegado entre algodones. Ni esas variantes ni la postura conservadora de Argentina parecían cambiar el trámite en el complemento.
Recién a los 80’ y a partir de una jugada aislada se reavivó la final. Kolo Muani, el mejor de Francia desde su ingreso, picó mano a mano con Nicolás Otamendi, quien lo tomó del hombro, y el juez acertó al pitar un penal que Mbappé cambió por gol.
Apenas un minuto después cayó el 2-2. Mbappé armó una pared con Thuram a partir de un golpe de cabeza y definió con enorme jerarquía antes de que el balón tocara el piso. En cuestión de 95 segundos la final pasó de un 2-0 a un 2-2.
En el tramo final del tiempo reglamentario, se hizo de ida y vuelta y Francia mostró mayor resto físico, revitalizada con los ingresos de Eduardo Camavinga y Kinsgley Coman. Estuvo más cerca del elenco de Deschamps, pero el de Scaloni casi lo gana en la última con un zurdazo de Messi que Lloris mandó al córner.
Ya en la prórroga los entrenadores siguieron moviendo fichas, aunque Scaloni demoró demasiado las salidas de Julián Álvarez y un extenuado De Paul para dar ingreso a Leandro Paredes y Lautaro Martínez. A esa altura, los balones divididos y los duelos de uno contra uno eran casi todos para Francia.
Con esas variantes Argentina frenó el impulso galo y tuvo un par de oportunidades claras en los pies de Lautaro Martínez, que no resolvió bien en el cierre de la primera prórroga.
A los 18’ de la prórroga cayó el inesperado 3-2 albiceleste. Una combinación entre Messi, Lautaro Martínez y Enzo Fernández terminó en un bombazo de Martínez que tapó Lloris como pudo, y en el rebote facturó Messi con derechazo corto.
Parecía el golpe de gracia, pero Argentina volvió a meterse en su área y un brazo extendido de Montiel para tapar un disparo terminó en penal bien cobrado por el árbitro y mejor ejecutado por Mbappé, quien selló su triplete a los 28’ de la prórroga.
Al partidazo todavía le quedaba un mano a mano que Dibu Martínez le tapó a Kolo Muani cuando ya no quedaba nada. En la recarga, Lautaro Martínez volvió a errarle al arco en un cabezazo claro, por lo que se fueron a la tanda de penales.
En los penales, Argentina estuvo 100% eficaz con los disparos de Messi, Paulo Dybala, Leandro Paredes y Montiel, mientras que del otro lado anotaron Mbappé y Kolo Muani, mientras que Dibu Martínez tapó el remate de Coman y Aurelien Tchouameni desvió el suyo.