Carlos Manta, gerenciador de Plaza Colonia y futuro integrante del Comité Ejecutivo de la AUF (Asociación Uruguaya de Fútbol) para el nuevo mandato bajo la presidencia de Ignacio Alonso, habló de la ausencia de Peñarol en la cúpula directriz y aseguró que lo ideal sería que no estuviera “ninguno de los grande representados”.
“Peñarol es un equipo demasiado grande para estar fuera del orden del fútbol, pero cada uno es arquitecto de su destino”, dijo Manta entrevistado en La oral deportiva (radio Universal), y amplió: “Creo que nunca pensaron quedar afuera y ahora que se ven así, tienen que rebobinar muchas cosas y ver que hicieron mal, porque pasó lo que pasó”.
“La historia la escribe el que gana, no el que pierde, y saber las limitaciones del momento es una virtud, no un defecto”, comentó a modo de reflexión más tarde preguntándose si fue claro en el concepto.
“Si me das a elegir, prefiero que no esté ninguno de los grandes [en el Ejecutivo], porque se genera una competencia de quién es más vivo que el otro y eso trae problemas”, aseveró, y argumentó: “El ideal sería que no estuvieran, como pasó en el mandato de Sebastián Bauzá”.
Pero no dudó en confesar: “Lo cierto es que hoy hay un grande [Nacional] y el otro está fuera [Peñarol], por lo tanto la balanza está desequilibrada. Por más que uno trate de ser lo más ecuánime posible, no va a ser fácil para Ignacio Alonso, aunque ya supo pasar varias tormentas”.
Sus funciones y las SAD
Manta, consultado sobre cuáles serían sus primeros objetivos al acceder a la cúpula dirigencial del fútbol nacional, comentó: “Trataría de tender puentes para evitar que se siga derramando sangre. Después hacer un fútbol profesional donde las instituciones no tengan que pagar para jugar, y con eso levantar el nivel”.
“Todas las instituciones en desarrollo, salvo cuando juegan con Nacional o Peñarol, tienen pérdidas mensuales que no bajan de 400 mil pesos. Lograr parar eso sería importante porque ese dinero se podría volver en infraestructuras, formativas, jugadores”, contó.
Y cerró al hablar del lugar ganado por las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), fue claro: “Si nos quedamos en el tiempo se hace muy difícil todo. Hay diferencias grandes entre las SAD, unas con apoyos económicos extranjeros, otras locales, pero cada una es responsable con su capital de lo que se compromete a pagar, algo que en lo civil no es tan así. Eso lleva a generar deudas, compromisos que salen de la equidad que debe haber en el fútbol”.