Carlos Bueno se sometió al cuestionario de “Las 16” de Último al Arco, de Sport 890, y reclamó una posibilidad para su amigo Mario Saralegui pensando en que vuelva a dirigir a Peñarol en el futuro. De hecho, lo consideró “un entrenador para cualquier momento” del club.
“No creo que un entrenador sea para cierto momento. Nunca entendí eso, y menos en un cuadro grande, que nunca va a pelear un descenso. Otro tipo de equipos o entrenadores, como (Ricardo) Caruso Lombardi, sí”, expresó el artiguense de 39 años.
“El mejor momento para Mario es empezar de cero. No quiere ser coordinador ni ayudante; necesita y se merece ser el entrenador de Peñarol desde un arranque, no desde un quinto o sexto partido. Merece la oportunidad que han tenido otros que no la merecían”, opinó.
Consultado por Diego Forlán, le desea lo mejor pero hoy no lo ve como el más idóneo. “Lo quiero un montón y ojalá le vaya muy bien en Peñarol, pero no lo veo como un entrenador para Peñarol en este momento porque tiene poca experiencia”, dijo, más allá de que “la experiencia se gana en el vestuario y el que fue futbolista tiene un plus que no tienen los que no jugaron”.
Bueno es algo escéptico respecto al éxito que pueda tener Forlán “por las ideas”. “A nosotros, los jugadores, cuando viene gente de afuera nos cuesta un montón. Somos demasiado criollos y nos cuesta abrir la cabeza para aprender y agarrar rápido lo que pide el entrenador. Creo que Diego exige mucho y pide cosas que nos cuestan un montón, si bien son fáciles y en el exterior las hacés con los ojos cerrados. El problema es acá en Uruguay”, reconoció.
Siguiendo con los entrenadores, cuando le preguntaron si Caruso Lombardi fue el peor que tuvo, respondió de forma tajante: “Como persona, sí. Pero si él no llegaba a San Lorenzo, seguramente descendíamos. Al año siguiente armó a San Lorenzo como para salir campeón y terminó yéndose a los tres meses”.
Consultado por su coterráneo Washington Aguerre, con quien compartió vestuario en Cerro Largo, aseguró que “es un gran tipo y un gran arquero”, aunque reconoció que “tiene que mejorar mucho psicológicamente”. “Tiene que saber manejar los tiempos, las tribunas, sus calenturas y sus emociones”, concluyó.