Hay una máxima que existe en el fútbol y muchas veces se da: "goles errados, son goles en contra". Esto se pudo ver en gran parte del duelo entre el Wolfsburgo y el Eintracht Frankfurt.
Durante los primeros 45 minutos hubo un solo equipo en la cancha: el Wolfsburgo. El conjunto local se encargó de generar varias situaciones de gol, pero se encontró con la gran figura del equipo rival que fue el arquero Kevin Trapp.
La única vez que el Frankfurt pasó la mitad de la cancha llegó la apertura del marcador. La defensa local cometió un penal y André Silva se encargó de cambiarlo por gol a los 27'. Sin dudas, inmerecido por lo que mostró en el campo de juego.
En el complemento la tónica no cambió: Wolfsburgo siguió presionando, pero no podía marcar el tanto de la igualdad. Sin embargo, esto se quebró a los 58'. Tras un tiro libre de Maximilian Arnold y Kevin Mbabu, de cabeza, decretó el 1-1 parcial.
El encuentro estuvo en una meseta en donde no pasó mucho. Wolfsburgo sacó el pie del acelerador, mientras que el visitante arrancó a animarse. Tal es así que llegó a inquietar, por primera vez en el segundo tiempo, al arquero belga Koen Casteels.
Frankfurt se guardó lo mejor para el final. A los 85', Bas Dost asistió de cabeza al japones Daichi Kamada, quien definió para poner el 2-1 final.
Wolfsburgo dejó pasar una buena chance de seguir sumando en su pelea para meterse en competiciones europeas. Frankfurt logró un triunfo clave en su lucha por quedarse en la primera división del fútbol alemán.