El remero Bruno Cetraro brilló en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2021, donde compitiendo en el doble par ligero junto a Felipe Klüver terminaron sextos y diploma, un logró que los presentó a ambos a la gran masa de un país amante del fútbol, pero encariñado con el deporte en general.
Fueron momentos de aplausos, entrevistas en los grandes medios y difusión, pero también de tomar decisiones y emprender un camino pensando en la próxima gran meta: París 2024.
Cetraro, radicado en España como opción de vida para crecer en el deporte que tanto le dio y poder codearse seguido con los mejores del mundo, no dudó y arriesgó: dejó el doble par ligero y se la jugó por él, apostando a ser singlista, una categoría compleja y exigente.
No era fácil la apuesta, el “enano”, como le dicen sus compañeros y allegados, se metía en una modalidad con remeros de más de 1,90 metros y en la que debía crecer en masa muscular para poder pelear de igual a igual; y lo hizo, porque “el trabajo no se negocia”.
Este sábado vivió otro momento mágico en su carrera, ya que todo ese recorrido de este ciclo tuvo su gran premio al ganar la medalla de plata en la Lagoa Rodrigo de Freitas que le dio el pasaje certificado a los Juegos Olímpicos de París, los segundos en su carrera, los primeros como singlista.
A su modo
“Es algo muy emocionante, muy lindo para mí”, dijo a FútbolUy tras la clasificación: “Me acuerdo de ese niño sentado en las oficinas del Montevideo Rowing junto a su entrenador de aquel momento, que le preguntaba sobre sus aspiraciones en el remo. Ese día ya sabía cual era mi meta y así lo manifesté: quería ser olímpico”.
“Era un niño, todavía non tenia conciencia de lo que implicaba esa empresa, el sacrificio, trabajo, sufrimiento, alegría y crecimiento que llevaba lograrlo”, mencionó más tarde, y expresó: “Hoy estoy clasificado a mi segundos Juegos, esta vez en el single que es un bote que amo. Hacer realidad ese sueño no tiene precio y me hace feliz”.
Pera nada en el camino de Cetraro fue fácil y en 2023 tuvo un golpe que lo obligó a redoblar esfuerzos: en los Juegos Panamericanos de Santiago, quedó cuarto y afuera del podio por centésimas.
“Fue un golpe duro”, recordó, para luego contextualizar: “Hubo grandes logros para el remo uruguayo en esa cita, pero me quedé con esa espinita de acariciar la medalla y no poder conseguirla. Hoy en día lo agradezco porque ese golpe me hizo ponerme más duro, prepararme de mejor forma, intensificar los entrenamientos en Sevilla y me otorgó la convicción para clasificar a los Juegos Olímpicos”.
“Maduré, y agradezco todo lo que me pasó en la vida. Quizás antes, en un momento amargo como en los Panamericanos, me decía: ¿Por qué me pasó a mí? Hoy en día lo veo como una posibilidad de reinventarme, tomar un camino mejorado y por suerte con la mira puesta en París”.
Definido y decidido
Cetraro es definido por los entrenadores y dirigentes del remo como un luchador incansable, donde siempre sale un concepto claro: “Es increíble como entrena, así como la dedicación y cabeza de Bruno”.
“La mentalidad a la hora de entrenar es innegociable y enfoco toda mi vida en eso”, contó el remero de 25 años de edad: “Mi sueño sigue siendo ser campeón olímpico. Las regatas son regatas, se puede ganar y perder, pero si el sueño está en la mente, se puede hacer realidad. Hay gente que se queda en excusas, pretextos, pero querer es poder, esa es mi forma de pensar”.
Otro punto destacado que vivió en Río a la hora de asegurar su pasaje a París fue la presencia de su familia, esa que nunca falta y siempre estuvo para apoyarlo de mil maneras: “En la clasificatoria para Tokio no pudo estar conmigo por la pandemia [Covid-19] y esta vez sí pasó. Poder conseguir el cupo ante sus ojos es increíble.”.
Y graficó la importancia de sus seres queridos para el desarrollo de su carrera: “En 2018 surgió la posibilidad de comprar un bote individual chino a un precio muy accesible. ‘Es la posibilidad de conseguirlo para poder entrenar’, recuerdo que pensé en ese momento. Me senté en la mesa de la cocina de casa, plantee a mi familia la posibilidad, les pedí si me podían ayudar a comprarlo, que tenía el sueño de llegar a los Juegos Olímpicos y así se dio. Correr con ese bote, que me acompañó todo este tiempo y significa mucho esfuerzo de ellos, es algo hermoso”.
Cetraro competirá desde el martes en varios botes que presentará Uruguay en el marco del Sudamericano de Río de Janeiro con la ilusión de ir por varias medallas más. También es cierto que desde que cruzó la llegada el sábado, su mente ya piensa en la preparación para los Juegos de París de julio próximo.
“El 21 [de marzo] ya vuelvo a Sevilla a trabajar por ese sueño que será exactamente el mismo que para Tokio: ‘Ser campeón olímpico’. Esa será mi mentalidad para entrenar. Habrá gente que no lo crea o diga cosas, pero no me importa, voy a dejar todo e iré a buscarlo con el corazón. Después, regatas son regatas”, cerró.