“El partido fue parejo, sin situaciones de gol prácticamente. Nosotros tuvimos más la pelota pero no creamos peligro. Perú tampoco creó peligro, pero las sensaciones que ellos tenían cuando atacaban eran mejores que las nuestras”, dijo Marcelo Bielsa, director técnico de la selección uruguaya, luego de la derrota 1-0 en Lima.
“Era un partido que debería haber terminado empatado, pero la valoración de la actuación de nuestro equipo es la misma que si hubiéramos empatado. No haber creado peligro es algo que de alguna manera define la actuación, que no fue positiva”, agregó el entrenador rosarino, quien asumió la cuota de responsabilidad que le toca.
“Uruguay tiene individualidades para generar situaciones de gol o crear peligro. Sinceramente me siento responsable de que, con los jugadores que contamos de mitad de cancha para adelante, la proporción de jugadas de gol que generamos sea tan baja en el último período”, reconoció, y aclaró que “la definición de ‘mejores sensaciones’ en ataque no se traduce en haber generado ocasiones de gol, sino de haber terminado los ataques más cerca del arco”.
“Nunca un equipo fue mejor que el otro. Hubo pequeños segmentos de superioridad de uno respecto al otro, de manera alternada. No me corresponde evaluar cómo jugó Perú, pero mi sensación es que los desniveles a los que hice referencia no los vinculo a alguna situación que pueda describir donde nos hayan superado con claridad”, señaló.
Bien la defensa. Mal el ataque, con meaculpa
Consultado por el cambio de sistema defensivo, con tres defensores, opinó que “fue lo mejor del equipo”. “[Guillemo] Varela jugó bien, [Manuel] Ugarte tuvo jerarquía y Santi Bueno no tuvo errores. En líneas generales, me pareció la parte que superó las exigencias del partido”, destacó sobre los defensores.
“También tuvimos posibilidades de que la pelota llegara a nuestros hombres ofensivos. Me refiero a [Maximiliano] Araújo, a Darwin Núñez, [Cristian] Olivera, [Facundo] Pellistri, [Federico] Valverde, [Giorgian] De Arrascaeta. No nos faltaron pelotas para atacar. Sí nos faltó, a partir de las pelotas que teníamos, poder cambiarle la velocidad a la jugada, poder generar asociaciones y desequilibrios”, admitió.
“Insisto a veces con algunas afirmaciones, pero esa es una dificultad que hace bastante que trato de resolver. Y cuando uno cuenta con jugadores desequilibrantes y con mucha predisposición para asimilar e incorporar el proyecto de juego con el que yo preparo el equipo, si no aumenta la productividad ofensiva, siento que, más que errores individuales, hay errores en el diseño de la forma de atacar. Por eso asumo mi responsabilidad”, reiteró.
“Cada vez que jugamos, la formación del equipo está preparada para tener la pelota y a partir de eso, crear peligro. Eso nos está costando. Mi responsabilidad en esa situación es importante.
¿Por qué tan pocos cambios?
Cuando se le preguntó por qué no hizo cambios aún viendo ese rendimiento tan bajo, fue claro: “No consideré que podía hacer ingresar jugadores que mejoraran lo que estábamos gestando, aunque lo que estábamos gestando era poco”.
“Los jugadores ofensivos nuestros tienen una potencialidad de gol y una agresividad ofensiva que yo, particularmente, dudo cuando tengo que sustituir jugadores de ese nivel. En este caso no lo hice. Tal vez sea un error, pero me pareció que era lo conveniente”, argumentó.
“Los jugadores que tenían opciones de ingresar para generar fútbol ofensivo iban a recibir un partido muy difícil de revertir. Son jugadores jóvenes y también eso me hizo pensar que no era el momento ideal para que tuvieran la responsabilidad de revertir un trámite que llevó muchos minutos sin poder desnivelar nuestro equipo. También debo decir que, a medida que transcurría el partido, pensé que conservar el resultado no era una mala posibilidad”, reconoció.
Para cerrar, autocrítica otra vez
En la última pregunta, le preguntaron cuánto tuvo que ver la defensa peruana con la falta de productividad uruguaya. Lejos de elogiar al rival, el rosarino miró hacia adentro y sostuvo que “no hay muchos equipos que tengan los jugadores que tiene Uruguay en ataque”.
“Ese es el material humano a partir del cual debo lograr que se cumpla el objetivo de la función que ellos desempeñan en el campo. Y como esto tiene antecedentes cercanos similares a los de hoy, siento que no he dado las respuestas de funcionamiento y articulación de jugadores entre sí, de coordinaciones, de asociaciones y ensamble entre los componentes del ataque como para rentabilizar un material humano tan rico”, concluyó.