Bielsa: los convocados y por qué Uruguay puede “soñar con competir en los dos partidos”

La selección uruguaya enfrentará el jueves 12, a las 17:30 horas, a Colombia en Barranquilla por la tercera fecha de las Eliminatorias rumbo al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá de 2026. En los próximos días, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) dará a conocer la lista de convocados para ese partido y para el de Brasil del martes 17.

Con respecto a la selección de futbolistas, Marcelo Bielsa explicó que “son muchos los criterios para tomar decisiones. Los mejores, eso lo primero, y después los estados de forma de cada jugador”. “A partir de seleccionar a los que considero mejores y que están en un rendimiento positivo, construir un sistema colectivo para armonizar los aportes de cada jugar con la idea del equipo, y todo eso se hace sin entrenar”, añadió.

“Como dije en su momento, y aunque admito que pueda no responder a legítimas aspiraciones que tienen los medios de comunicación, prefiero expresar los jugadores convocados cuando han jugado el último partido previo a la convocatoria, y no hay ningún motivo que me impida a mí decidir la participación”, añadió en la conferencia de prensa brindada este viernes.

Sobre el partido ante los cafeteros, comentó: “Intentaremos con el partido con Ecuador, como antecedente inmediato, superar dificultades que venimos de enfrentar. Las dificultades que nos vamos a encontrar son similares a las que tuvimos con Ecuador”. “El objetivo va a ser el mismo. Vamos a tratar de protagonizar, de atacar, de jugar en campo rival, de no especular y de que el déficit que pudiéramos tener que resolver podamos hacerlo. Si eso no sucede, será totalmente vinculable a decisiones que tome yo”, siguió.

“Mi idea es que los problemas que no se pueden resolver, hay que aprender a resolverlos. Entonces, evitar que pase contra Colombia algo similar a que pase lo que pasó con Ecuador, que sería jugar en propio campo, delante de nuestra área, y cediendo la pelota y el protagonismo. Todas esas cosas son contratarias a las que imagino y trato de conseguir”, ahondó.

Luego, analizó la derrota ante Ecuador y lo que hay que mejorar: “Me sentí responsable de una derrota que fue justa. Lo que me preocupó fue que estábamos en condiciones de ganar ese partido y no merecimos hacerlo. Era accesible para nosotros, y eso aumenta la forma en que evalúo lo que estoy observando. Tengo la obligación de encontrar los motivos”.

“Uruguay es un equipo que tiene un aporte muy grande en aspectos de dinámica, movilidad, ritmo, asociación colectiva para la construcción del juego. Depende mucho del movimiento y, a partir de eso, tiene jugadores muy aptos para aspirar a protagonizar y ganar los partidos alrededor de esa idea”, indicó, y explicó: “En el partido con Ecuador, el rendimiento físico, con respecto al de Chile, fue un 30% más bajo, y eso se dio alrededor de las cualidades de las que más depende el juego que yo imagino para el equipo, como explosividad o potencia, fue en lo que más debilitados estuvimos. Optamos por jugar el partido de igual a igual y lo conseguimos, las diferencias entre los dos equipos no fueron grandes”.

“Cada partido de Eliminatoria tiene un peso muy grande, por eso lamenté tanto perder un partido ganable. Uno puede perder un partido ganable y merecer un resultado diferente al que obtuvo, por eso me culpabilizo mucho”, subrayó.

Idea de juego

Consultado sobre su estilo de juego, apuntó que “hay entrenadores que tienen plan B y otros que no. El plan A y el plan B se resumen en dos cosas: el protagonismo y la especulación, todo lo demás es secundario. Todo el mundo que analiza cree que la distribución de los jugadores en el campo es lo que constituye un plan alternativo. Yo creo que el estilo y la forma de jugar no se puede modificar, y eso contempla protagonismo o especulación”.

“No puedo proponer ideas en las que no creo. Sé que este ciclo mío acá en Uruguay no va a ser sencillo porque se desprende, de un modo u otro, de cinco, seis, siete u ocho jugadores de una dimensión enorme, y hay que encontrar cinco, seis, siete u ocho que sirvan para que los que nos están puedan ser sustituidos con una dosis de acierto”, destacó. “Todo eso se hace sin entrenar, porque hay que convencer con la palabra, con el ejemplo, con la imagen y con la práctica. Que un equipo suene bien con poco ensayo, es una fantasía, por eso es mucho más fácil con la especulación”, prosiguió.

Y agregó: “La consolidación de una forma de jugar tiene un proceso, que a la medida que no se respete, tardará más en lograr que se instale o no lo logre. Entrenar exige convencer, y es muy difícil convencer a alguien relatándole un procedimiento en el que no cree. Los entrenadores fracasan cuando hacen lo contrario a lo que sienten. Nunca tuve ni voy a tener plan B; a lo sumo puede ser cambiar el perfil de un jugador o resolver una posición”.

También se refirió al duelo ante Brasil, para el que destacó a sus dirigidos: “La mitad de los jugadores de Uruguay son comparables con la mitad de los de Brasil. No hay unanimidad en que los uruguayos son peores que los brasileños. Entonces hay espacio para la ilusión, que es un multiplicador de los recursos. La ilusión no es únicamente de los jugadores, sino de una conjunción con el público”.

“Si me preguntan cuál es mi ilusión, sueño con ganar en Colombia y ser mejores que Brasil, esa es mi ilusión. Después siempre me pregunto si esa ilusión tiene respaldo en el diseño del equipo y me convenzo de que sí sin engañarme. Creo que para los dos partidos Uruguay está en condiciones de soñar o de competir, aspirando a superar al oponente”, finalizó.