Leonardo Fernández superó este 2024 a Pablo Bengoechea como el jugador de Peñarol con más goles de tiro libres en un año. El Profe había anotado seis en 1995, mientras que Leo, con el que le convirtió a Fénix el pasado domingo, llegó a ocho. Su pegada ha sido elogiada por muchos actores del fútbol, y este miércoles se sumó el ídolo carbonero.

En diálogo con Usted qué opina de radio Sport 890, Bengoechea habló de su pegada en los tiros libres y de la de Fernández: “Es otro golpe. Mi golpe era más de precisión, Leo le pega de todas las formas. Es muy difícil comparar a Leo con otra persona. Le pega a la pelota con todas las partes del pie. Lo de Leo creo que es innato de él, es muy difícil que alguien pueda copiar lo que él hace; prácticamente imposible, me parece. Creo que es un golpe único de él”.

“Debe tener muchas cosas para tener ese golpe: el tamaño del pie, la estatura, la cintura, ‘las patas cortas’. Deben ser muchas cosas que lo hacen tener ese remate porque muchas veces no toma mucha carrera, a no ser cuando va a pegarle de empeine que se para de frente a la pelota; ahí es cuando toma más carrera. Las otras distancias son más bien cortas”, añadió.

El multicampeón con Peñarol recordó cómo perfeccionó él su gran pegada: “Cuando llegué a Primera en Oriental había un técnico brasileño que le pegaba muy bien y siempre se quedaba después de la práctica a entrenar, y yo me quedaba con él. El señor ponía la barrera y un palo a un metro del vertical, y una rueda de bicicleta en el ángulo; jugábamos y si entraba en la rueda valía dos puntos, si entraba debajo de la rueda dentro de ese arco más chico valía uno. Fue la forma que me empezó a enganchar, me encantaba y me quedaba mucho tiempo entrenando”.

Entre ídolos

Luego se refirió a su relación con Diego Aguirre, con quien no tiene “ningún problema”. “En 2003, cuando Diego llegó, estaba esa posibilidad de que yo no siguiera en el club. Tuvimos una reunión con Damiani padre y salimos de esa reunión donde íbamos a compartir todo el año”, ahondó.

“Se salió campeón uruguayo en 2003, y no es que dejé el fútbol por él; yo ya quería dejar el fútbol, me sentía cansado. Lo que yo decía era que, si me había tocado ganar un quinquenio, y si en esa época Nacional ganaba uno, yo también tenía que estar, no podía dejar el fútbol antes”, indicó, y agregó: “Nacional llevaba tres años seguidos siendo campeón uruguayo, ese era el cuarto año, pero Peñarol salió campeón. Yo tenía 38 años y dije ‘llegó el momento’”.

“A partir de ahí, nos hemos encontrado muchas veces con Diego. No tengo ningún problema y creo que él conmigo tampoco”, siguió, y afirmó que “a la única persona” que llamó “siempre” cuando estuvo como director deportivo fue a Diego Aguirre, salvo “el primer año” porque él iba con Ignacio Ruglio y la Fiera con Juan Pedro Damiani, por lo que hacía “imposible que fuera el técnico en ese momento”.

“Después, cada vez que Peñarol se quedaba sin entrenador, yo siempre lo llamaba para que viniera. También le decía ‘mirá que no resuelvo yo, resuelven los dirigentes’, pero por un motivo u otro, Diego no pudo venir. Y en el final del año pasado, el club entre las charlas con Marcelo Broli y Diego, lo eligió a él”, comentó.

“A mí me encanta que la gente de Peñarol pueda venir al club y pueda ser feliz, y creo que Diego logró ser feliz y nos hizo felices a todos los manyas. Peñarol tuvo un gran año, fue competitivo a nivel internacional y a nivel local ganó el Apertura, el Clausura, el Campeonato Uruguayo, y perdió el Intermedio por penales. Creo que ha sido una gran temporada”, cerró.