Germán Cortizas, entrenador de Aguada, habló del “juego cambiante” de la primera final de la Liga Uruguaya de básquetbol, que fue victoria ante Peñarol a domicilio. “Tuvimos dificultad para el rebote en nuestro aro a pesar de que ellos tenían un cuadro más chico. Venían de afuera, no teníamos la referencia tan clara y no hicimos un buen trabajo de bloqueo. No nos tomaron tantos rebotes, pero nos anotaron ocho puntos de segunda oportunidad en el primer cuarto”, contó al programa Último cuarto de Sport 890.

“No tuvimos una gran noche ofensiva. Nos costó fluir y no estuvimos certeros en los tiros de tres puntos, sobre todo en Donald Sims, nuestro principal jugador en ese rubro”, reconoció el Casco, quien explicó que la clave para revertir el trámite, que lo tuvo hasta 13 tantos abajo en el primer chico, fue “entender que había que ajustar atrás y pelear el partido”.

“El énfasis fue no aflojar mentalmente. Es difícil mantenerse 40 minutos defendiendo cuando las cosas no te salen adelante. Por suerte los jugadores lo entendieron a la perfección, hicieron un gran sacrificio y mantuvieron el partido vivo. Fuimos encontrando puntos por diferentes caminos y en un final cerrado que pudo haber sido para cualquiera, fue para nosotros”, valoró.

La innovación que fue clave

Sobre la defensa de Víctor Rudd sobre Jayson Granger, clave en el último cuarto, dudó entre “tirarla de entrada o dejarla para más adelante”. “Si bien su energía a lo largo del torneo no siempre es alta, me sorprendió muchísimo defensivamente por sus patas para defender, pero sobre todo por su inteligencia para el juego y su inteligencia. Teníamos claro que podía defender a cualquier perimetral, y sobre todo a Granger”, expresó.

“No era una primera opción porque Pepo [Santiago Vidal] y Pitu [Juan Santiso] lo habían hecho bien. Lo preferíamos a Víctor para dar los bump cuando jugaban el pick and roll, en las rotaciones, las ayudas y la caída de los grandes. Y para no desgastarlo tanto ni ponerlo en faltas, porque es un desgaste impresionante defender la pelota, y más para un jugador de su estatura defendiendo todo el tiempo pick and roll y rompimientos”, argumentó.

“No fuimos con Victor sobre Granger de entrada, pero sabíamos que iba a ser una gran posibilidad. También sabíamos que Granger lo iba a defender a él, como en el último partido. Ahí se emparejan, porque Víctor saca ventaja contra la mayoría de los cuatro de Uruguay, y Granger tiene la forma física para pararlo”, analizó.

Además, destacó el “buen trabajo que hizo Peñarol” a nivel defensivo “en las ayudas con Luis [Santos]”. “Algunas veces le dieron faltas, pero había tanta intensidad y tantos jugadores con él, que hasta era difícil visualizarlo. Si bien siento que hubo muchas faltas, debo reconocer que también hubo un buen trabajo de ellos en ese sentido”, concluyó.