Barcelona busca por todas las vías obtener el visto bueno de LaLiga de España, que aún no aprobó su plan de viabilidad económica, para concretar el retorno de Lionel Messi. Por lo tanto, su estrategia de ingeniería financiera no descansa y se ajusta minuto a minuto para que el argentino vuelva.
Los culés necesitan hacer caja, dado que en la temporada actual registran pérdidas por 220 millones de euros. La forma más viable de achicar la sangría es reducir la masa salarial del plantel y vender por, al menos, 100 millones. Eso, sumado al ahorro en sueldos, le haría un lugar a Messi.
Hay 11 jugadores que no seguirían, entre contratos que finalizan, posibles ventas de futbolistas que tienen el cartel de transferibles y retornos de préstamos que no se concretarán.
El de Ansu Fati es el caso más resonante por las expectativas que hay sobre el futuro del atacante de 20 años. La entidad blaugrana espera que su venta y la del marfileño Frank Kessié dejen al menos 70 millones de euros.
Otro caso particular es el de Jordi Alba, un histórico que tiene contrato por una temporada más y pretende cumplirlo. El club le compensaría una parte del salario si tiene posibilidades de salida.
Hay varios que están a préstamo a otros clubes y el Barcelona pretende venderlos: Abde Ezzalzouli (Osasuna), Sergiño Dest (Milan), Clement Lenglet (Tottenham Hotspur), Nico González (Valencia), Samuel Umtiti (Lecce) y Álex Collado (Elche).
Además, en la lista de transferibles también figura Ferrán Torres, por quien acordó el pago de 55 millones de euros al Manchester City, más otros 10 en variables que no se completarán. El atacante de 23 años no convenció y tiene opciones de la Premier League.