Barcelona cerca de un papelón: perdería a un jugador por el que pagó 55 millones en agosto

Los delanteros Dani Olmo y Pau Víctor ya no aparecen en la nómina del Barcelona, que tenía hasta las 23:59 horas del 31 de diciembre para inscribirlos, aunque el club catalán pidió a la Real Real Federación Española de Fútbol (RFEF) una nueva licencia por ambos jugadores, al considerar que se trata de una caso de “fuerza mayor”.

Olmo llegó al club en agosto pasado desde el Leipzig a cambio de 55 millones de euros. Si bien todavía no contaba con el visto bueno desde el punto de vista del fair play financiero, en ese entonces pudo ser anotado por la lesión de larga duración de Andreas Christensen. Hoy, que el danés ya está pronto para volver, ya no es parte de la nómina y podría quedar libre.

El motivo esgrimido por el Barcelona para formular la petición a la RFEF es que en aproximadamente 48 horas tendrá depositados parte de los 100 millones de euros que cobrará por la cesión de la explotación de parte de los palcos VIP del nuevo Spotify Camp Nou.

Y es que para que la entidad azulgrana pudiera operar en el mercado con la regla 1:1 del fair-play financiero e inscribir a ambos jugadores, La Liga le exigía aportar, antes de este 1º de enero, toda la documentación relativa a los contratos con los dos inversores de Oriente Medio que entraron en la operación y acreditar el cobro de un anticipo por la cesión de esos palcos del nuevo estadio.

De hecho, La Liga informó anoche en un comunicado que el Barcelona no había presentado “ninguna alternativa” que, atendiendo al cumplimiento de la normativa de control económico de la patronal de clubes, le permitiera “inscribir ningún jugador a partir del próximo 2 de enero”.

Por eso quitó a Dani Olmo y Pau Víctor de la competición, aunque volvió a dar de alta a Andreas Christensen, cuyo puesto en la plantilla azulgrana ocupaba hasta ahora Olmo por la lesión de larga duración del central danés.

En cualquier caso, el Barcelona confía en poder inscribir ambos jugadores cuando ya tenga depositadas las transferencias internacionales que le permitirán acreditar definitivamente la solvencia de la operación. Una inscripción que llegaría fuera de plazo y, por lo tanto, necesitaría de la aprobación de la RFEF y de La Liga para llevarse a cabo.

De no concretarse, habrá un desastre económico para los culés, que perderían al jugador seis meses después de haberlo comprado. Además, no pueden transferirlo, ya que queda libre, y Olmo podría reclamar que le cumplan con la totalidad del contrato, que está vigente hasta 2030 con un monto total de 48 millones de euros.

EFE / FútbolUy