No pasó zozobras el equipo culé en una de sus tardes más tranquilas. A su frente había un rival que no se jugaba nada, y ni siquiera el tempranero gol de Cristiano Ronaldo en La Coruña lo puso nervioso.
Manejando la pelota con paciencia llegó el 1-0; Neymar buscó a Jordi Alba por izquierda, el lateral llegó a fondo y metió un centro bajo, y Luis Suárez no tuvo más que empujar la pelota al arco vacío.
Messi perdonó el segundo poco después, y a los 38’ se liquidó el pleito. Mascherano buscó en largo de Dani Alves, el brasileño centró al área y el uruguayo sentenció de cabeza anticipando la salida del arquero.
Luego controlaron el trámite a gusto los culés. Si bien el Real Madrid jugaba furioso y a hacer muchos goles en suelo gallego, como si le alcanzaran para arrebatarle el título a su eterno rival, la Liga ya se había decidido. Así, no sorprendió que el Madrid cesara en su intento y dejara su victoria en 2-0.
Barcelona parecía festejar ya en cancha, y a los 86’ llegó el 0-3; Neymar podía haber anotado él, pero cedió la conquista a Suárez, quien llegó a 40 tantos, abrochó el Pichichi y dejó casi liquidada a su favor la lucha por la Bota de Oro.
El conjunto blaugrana alcanzó su 24.ª Liga, quedando a ocho del Real Madrid, y ganó la sexta de los últimos ocho años, ratificando una clara supremacía que coincide con los mejores años de Messi.
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