Lionel Messi está oficialmente de vuelta en el Barcelona. O en realidad nunca se fue. Tras el impacto generado a nivel mundial por la noticia de su salida, que estalló el 25 de agosto, se confirmó su continuidad el pasado viernes y se concretó este lunes con el regreso al predio de los culés. El burofax, la cláusula de los 700 millones y el traspaso al Manchester City quedaron atrás, al menos hasta el próximo mercado de pases.

Como si se tratase de una licencia prologada, como ocurrió en otras temporadas cuando retornaba después del resto de sus compañeros por la actividad con la selección argentina, se hizo presente una semana más tarde que el grueso del grupo. En la misma situación estuvieron los futbolistas que defendieron a sus selecciones en la UEFA Nations League hasta este fin de semana.

Este lunes, Messi fue el primero en arribar a la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Antes se había sometido a la prueba PCR por coronavirus en su domicilio y dio negativo, por lo que quedó habilitado para ingresar al predio blaugrana pero aún no para unirse al plantel. Mientras la mayoría estaba con Ronald Koeman, él corría solo con pelota bajo la atenta mirada de los responsables de las redes sociales del club.

Otro que empezó a trabajar en solitario fue el brasileño Philippe Coutinho. Los dos sudamericanos tienen que seguir con los ejercicios individuales hasta que se les realice un segundo test que dé negativo de COVID-19. En ese momento se sumarán a un plantel que todavía cuenta con algunos futbolistas que se da por hecho que no seguirán, como el chileno Arturo Vidal y el uruguayo Luis Suárez.