El Australian Open sigue registrando algunas perlitas muy particulares en sus primeros días de competencia, esos que sirven para que los candidatos agarren rodaje y para que algunos jugadores casi ignotos tengan sus minutos de fama dando algún batacazo.
El martes, en la victoria del alemán Alexander Zverev sobre su compatriota Daniel Altmaier, hubo pelea de hinchas en las tribunas. No tuvo nada que ver con lo deportivo, sino con lo sanitario. Tres espectadores estaban sin tapabocas y otros les recordaron que era obligatorio.
La temperatura subió en el Rod Laver Arena, donde la discusión terminó en golpes de puño e intervención de la seguridad del torneo. En el medio, los “rebeldes” que gritaban que “el tapaboca no sirve” también exclamaron frases a favor de Novak Djokovic, quien fue deportado horas antes del inicio del certamen.
En el mismo partido se dio una situación particular. Altmaier logró un punto golpeando la pelota con la raqueta del lado de la cancha de Zverev, que tiró un drop logrando que la pelota picara del lado rival y volviera al suyo. El recurso es válido porque Altmaier no tocó la red con la raqueta ni con su cuerpo.
Una situación bastante similar se dio un día después en el encuentro de tercera ronda que Pablo Carreño Busta le ganó al neerlandés Tallon Griekspoor. En ese caso, el español corrió por fuera de la cancha y desde allí conectó el golpe que le valió concretar un quiebre de servicio.