La crisis sanitaria que se desató en marzo por la pandemia del coronavirus generó un cambio en algunos de los parámetros del deporte y eso no es una excepción para las travesías atléticas de 10 kilómetros y pruebas de fondo en circuitos callejeros.
El alto contagio que genera el COVID-19, las disposiciones de aislamientos y distancia social a la hora de la circulación, el uso de tapabocas y otras medidas sanitarias que son y serán requisito de ahora en más, atentan directamente contra ellas.
Las carreras organizadas por las marcas comerciales y muchas de las históricas que estaban previstas en el calendario uruguayo ya se empezaron a posponer o cancelar definitivamente, lo que hace muy difícil que hasta cerca de fin de año haya actividad en esta modalidad.
Los cambios
"A partir del pasado 13 de marzo a raíz de la declaración de la emergencia sanitaria, todo cambió", dijo el presidente de la Confederación Atlética del Uruguay, Marcos Melazzi a FútbbolUy: "la CAU ya colectivizó a sus instituciones afiliadas la solicitud de insumos para la creación de un protocolo de reinicio de actividades donde se tomarán en cuenta los aportes de diversos profesionales vinculados al deporte, procedimientos ya existentes y las recomendaciones internacionales".
Y explicó: "se entiende que la actividad deberá irse protocolizando de acuerdo a los diversos escenarios, a modo de ejemplo, las actividades en espacios abiertos, recintos cerrados, entrenamiento en pistas de atletismo. De las mayores restricciones, no es la falta de espacios sino la necesidad del ‘distanciamiento físico sostenido'", mencionó.
"En el caso del atletismo y de acuerdo al esfuerzo físico, la distancia entre personas debería ser superior a 3 metros, dado que al inhalar y exhalar es un acto que conlleva cierta fuerza, aún sin considerar el factor relacionado a las corrientes de aire. Por eso podemos decir que para el reinicio de la práctica atlética aún resta tiempo, al momento parece lógico que las primeras actividades se darán en espacios abiertos, en forma individual, respetando el distanciamiento y las medidas de higiene, para luego ir evolucionando hacia otros espacios", sentenció.
A la calle
Melazzi explicó que "debemos entender que este proceso llevará tiempo y debemos ser respetuoso de cada instancia. A priori parece que nada volverá a ser como antes hasta que exista una vacuna, pero aunque esta aparezca tampoco lo volverá a ser, el paradigma cambió".
"Los eventos deportivos son la oportunidad de apreciar a los deportistas dar su mayor esfuerzo, pero a su vez son parte de un negocio, algo que permite que los eventos se realicen y puedan llegar a más seguidores. En momentos como este, los intereses de las partes podrían entrar en conflicto, pero ha prevalecido la realidad del contagio y la conciencia que ninguna medalla vale una vida", reflexionó.
"Salvando distancias, a nivel nacional los organizadores de carreras fueron entre los primeros en tomar conciencia, de la nueva realidad que se espera para los próximos tiempos, los entrenadores de corredores sociales o recreativos, fueron los siguientes y al igual que otros trabajadores, sintiendo el impacto económico al instante. Las carreras de calle de cada fin de semana no volverán por un largo tiempo, en principio por la distancia necesaria entre atletas para evitar posibles contagios y luego, cuando sea posible, recobrada esa normalidad, la ecuación económica del organizador y de los atletas ya no serán iguales", dijo más tarde.
"El sentido común indica que podríamos esperar al último trimiestre del año para tener algunas actividades atleticas y para las carreras masivas la aparición de una vacuna parece ser el punto de inflexión", finalizó.