La situación que tuvo como protagonista a Washington Aguerre el pasado sábado en la victoria de Peñarol por 2-1 sobre Miramar Misiones en el Estadio Centenario, cuando se generó un tumulto entre los jugadores después de que el arquero carbonero dominara la pelota y saliera riendo de forma socarrona, llevó el foco a lo que hizo antes su colega del equipo rival.

Luca Giossa, guardameta del conjunto cebrita, tardó algunos segundos en agarrar la pelota dentro de su área cuando lo fue a presionar Maximiliano Silvera, ante quien pasó los pies sobre el balón como amagando a salir jugando. Luego tuvo un cruce con Leonardo Fernández, lo que para algunos fue tomado como una provocación que generó la respuesta de Aguerre.

Giossa lamentó que “de una cosa chica se hizo algo grande, pero quedó todo en cancha”. “Mi intención nunca fue provocar a nadie, sino hacer mi juego y disfrutar el partido. Ellos tiraron una pelota filtrada que se les fue larga y traté de que el 9 fuera hacia mí y agarré la pelota”, comentó al programa 100% deporte de Sport 890.

“Vi comentarios y no lo tomo como que hice un jueguito. Fue una situación que pasa. Íbamos ganando y traté de controlar el partido lo más que pude. Hacer tiempo es algo que pasa todos los partidos”, dijo, y consideró que lo que hizo “no tiene nada que ver con lo que hizo el arquero de Peñarol”. “Cuando el juez le sacó amarilla, Aguerre levantó el dedito para arriba como diciendo ‘está bien’. Creo que se dio cuenta de que estuvo mal”, agregó.

Giossa aclaró que no mandó callar a Leo Fernández cuando tuvieron un cruce, y reconoció que al cabo del primer tiempo le fue a hablar Maximiliano Olivera, capitán aurinegro. “Pensé que podía tener razón e interpretarse mal lo que hice. Cuando salí al segundo tiempo me disculpé con Leo Fernández y quedó todo bien. Yo no trato de provocar a nadie”, aclaró.

Sobre la provocación de Aguerre, el arquero sanducero de 24 años fue claro: “Si te dan vuelta un partido en cinco minutos y el golero rival hace una cosa de esas, ¿cómo reaccionás?”. Además, justificó a su compañero, el colombiano Ignacio Yepez, quien ingresó al campo de juego desde el banco de relevos.

“Yepez estuvo mal, pero una vez que salís del banco no hay marcha atrás. Vas y lo primero que hacés es defender a tu compañero y decirle a la otra persona que estuvo mal. Creo que él se dio cuenta de eso al instante”, concluyó.