El control de Bergkamp, los "papelitos" de Buenos Aires, el contraste entre el naranja y el azul cielo sobre el césped: la historia del Mundial ha ofrecido partidos legendarios entre Argentina y Países Bajos, uno de los duelos estelares de cuartos de final de Catar-2022, el viernes 9 de diciembre.
Con esta sexta edición, el choque entre la Albiceleste y la Oranje se convierte en el tercer emparejamiento más repetido en los Mundiales, por detrás del Brasil-Suecia y del Argentina-Alemania o RFA (siete ocasiones).
Los alemanes, antes, durante y después de la partición Este-Oeste, también se enfrentaron en seis ocasiones a Yugoslavia (y una vez a Serbia).
La lección de Cruyff
Países Bajos-Argentina (4-0), el 26 de junio de 1974 en segunda ronda de fase de grupos
Un doblete de Johan Cruyff y un impresionante fútbol total neerlandés superan por completo a los argentinos. El regate del dorsal 14 sirve para dejar atrás al arquero Daniel Carnevali y su centro para el gol de Johnny Rep es una delicia.
El segundo tiempo se juega al ritmo que marca una 'Oranje' plagada de artistas del balón con largas patillas, y el propio Cruyff, con poco ángulo, cierra la goleada.
- Doblete de Kempes en la final -Argentina-Países Bajos 3-1 en la prórroga, 25 de junio de 1978 en la final
En esa ocasión el héroe fue argentino. Mario Kempes se cuela entre dos defensores naranjas dentro de un área aún salpicada de papelitos blancos lanzados desde las gradas, para abrir el marcador. Después Dick Nanninga iguala de cabeza.
En un ambiente ensordecedor en el estadio Monumental, y delante del dictador argentino Jorge Videla, impávido, Kempes y su larga cabellera irrumpen en el área para derrotar en la prórroga a los neerlandeses, antes de la sentencia de Daniel Bertoni. ¡Argentina es por primera vez campeona del mundo!
El gol de Bergkamp -Países Bajos - Argentina 2-1, 4 de julio de 1998, cuartos de final
El talento de Dennis Bergkamp iluminó un tercer duelo de leyenda, bajo el sol del estadio Velodrome de Marsella. Después de los tantos de Patrick Kluivert y Claudio López en el primer tramo del partido, no volvieron a celebrarse goles hasta el último minuto, cuando el genio del Arsenal firmó su obra maestra, uno de las mejores dianas de la historia de los Mundiales.
Bajó un pase de 60 metros como el que posa el salero sobre la mesa, regate y remate sin ángulo con el exterior. Un regalo para la vista.
Desde entonces la tradición ha languidecido. Los dos partidos siguientes terminaron con 0-0 y no permanecen en la memoria colectiva. Fueron en la primera fase en 2006 y en semifinales en 2014, donde Argentina acabó pasando en los penales (0-0, 4-2), antes de perder la final.
Es momento de escribir una nueva página.
AFP.