"¿Ustedes piensan que la gente se va a olvidar de mí?", esa es la pregunta que Diego Armando Maradona le hacía a su círculo más íntimo. Esto lo revelaron su hermana Ana y su exabogado Matías Morla: "Diego siempre preguntaba si el pueblo lo iba a querer para siempre", dijeron ambos según informó el sitio Infobae.
Maradona falleció el pasado 25 de noviembre, pero una de las mejores cosas que le pasó en este último tiempo fue convertirse en el entrenador de Gimnasia Esgrima La Plata por un punto: el cariño que recibió de todos los hinchas en los distintos estadios que visitó. "Los homenajes, en vida, maestro", una de las frases de cabecera de "Pelusa".
"Una de las cosas que mejor le hacían era cuando los chicos, que por ahí no lo habían visto jugar por un tema de edad, le demostraban su admiración. Eso para él era una caricia, porque se daba cuenta de que había trascendido más allá de las generaciones que pudieron seguirlo en una cancha", aseguró en Infobae una de las personas que acompañó al "10" en sus últimos días.
Otra de las grandes preocupaciones que tenía Maradona: su estadio físico. Algo que no le permitía hacer esa "magia" con la pelota que tanta admiración despertó en todos los hinchas del mundo. Por lo tanto, el campeón del mundo en México 1986 creó el "altar".
¿Qué es el altar? No tiene que ver con nada religioso, sino que se trataba de un lugar donde había puesto en las paredes de su casa del barrio privado Campos de Roca, en Brandsen, sus mejores recuerdos. ¿Cuáles eran? Fotos históricas, con sus padres (Don Diego y Doña Tota), cuadros, pinturas que le hacían artistas e hinchas. Incluso una réplica de la Copa del Mundo.
El arquero de Gimnasia, Jorge Broun, habló sobre ese lugar: "Una vez, Diego me mandó una foto de él en el sillón de la casa con la Copa del Mundo. Nunca me quiso decir cuánto pesaba, porque decía que iba a usar esa información para algún chanchullo mío".
Hubo un hecho que lo complicó mucho a Diego y a todo el mundo: la pandemia del COVID-19. Esto llevó a que Maradona, por ser paciente de riesgo, estuviese mucho tiempo aislado y lejos del afecto de todos los simpatizantes.
El ayudante de campo de Maradona en Dorados de Sinaloa, Mario García, contó cómo era la reacción del "10" cuando le pedían una firma: "Cuestionaba a los que se le acercaban a pedirle un autógrafo si no sabían de cuándo era la foto que le daban a firmar. Él decía estadio, rival, cuántos goles hizo... Creo que solo le faltaba la hora del partido. Así era Diego. No le negaba autógrafos a nadie, y menos su firma en las camisetas".
Maradona siempre tuvo un gran miedo con respecto a las firmas que le pedían sus fanáticos que dejó en claro a su círculo íntimo: "Yo no voy a terminar como Gatica firmando autógrafos por guita en un bar". El exboxeador se encontraba en la cantina Nocaut pasando sus días cobrando sus autógrafos.
Según informó Infobae, una de las personas más cercanas a Maradona confirmó que él no le tenía miedo a la pobreza: "No pasaba por ahí esa frase, porque sabía de los bienes, cuentas y negocios que tenía, y sabía que dinero no le iba a faltar. Lo que no quería era ser una pieza de museo. Quería ser parte activa de la historia hasta su último día".