La tremenda incidencia del viento en casi todas las jugadas del partido y la debilidad de un rival recién ascendido que luchará por no descender, hacen imposible realizar un análisis profundo de la victoria de Peñarol, que terminó floreándose en el Campeón del Siglo.

El elenco carbonero ganó con autoridad y ahuyentó los fantasmas del pasado semestre y de los amistosos de pretemporada, comenzando con buen pie la era de Leonardo Ramos al frente del plantel a nivel oficial.

Con el viento a favor por momentos y arremolinado por otros, los aurinegros salieron con todo y generaron peligro en los primeros siete minutos. Gastón Rodríguez malogró la situación más clara a los 7’.

Luego el encuentro cayó en un pozo, dada la imposibilidad de controlar el esférico. El Tanque Sisley se metió atrás y casi no exigió a una línea de fondo de Peñarol compuesta por cuatro debutantes.

Al conjunto mirasol le costó llegar con claridad, hasta que a los 35’ logró la ventaja. Mier ejecutó un córner, Gastón Rodríguez tiró la pelota al medio y Matías González se la llevó puesta, venciendo su propia valla.

Mier, de los mejores exponentes aurinegros, acarició el 2-0 a los 42’ con un derechazo en posición inmejorable que rozó el travesaño tras un desborde a fondo de Petryk por derecha.

Para el complemento ya no fue tan intenso el viento, aunque de a ratos dio muestras de presencia. Peñarol jugó más por bajo, abrió la cancha y en una combinación de sus dos volantes externos liquidó el pleito.

A los 54’ Nández recibió de Mier, se adelantó unos metros en solitario y metió un tremendo derechazo a distancia que se coló junto al ángulo superior derecho del arco defendido por Salgueiro.

Por si fuera poco, dos minutos más tarde cayó el 3-0, otra vez gracias a Nández. El fernandino capturó un rebote en el área tras un enganche fallido de Gastón Rodríguez y definió a tres dedos contra un caño.

De allí en más el encuentro bajó el ritmo. Gastón Rodríguez, peleado con el arco, malogró un mano a mano claro a los 70’ y un minuto después su pifia se convirtió en asistencia para el gol de Dibble, que había entrado un rato antes en lugar de Nández.

Ya con el trámite resuelto avisó con un par de remates a distancia y envenenados por el viento El Tanque Sisley, que no fue rival para un sólido y renovado Peñarol.

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