Peñarol salió con el ímpetu de siempre, su propuesta de presionar y dar intensidad, ante un equipo bien parado y que lo neutralizó bien en su intención de llegar por las bandas.
Después de los 10 minutos Danubio equilibró el trámite y de a poco el partido dejó paso a la lucha olvidando la precisión y prolijidad.
Los de Gastón Machado crearon la primera de peligro, con un tremendo disparo de Zarffino que Guruceaga manoteó al córner.
Mucha dinámica por parte de ambos tratando de ganar la mitad de la cancha pero pocas ideas para pisar las áreas.
Recién sobre el último cuarto de hora Peñarol recuperó cierto control del encuentro, disponiendo de una chance que Affonso mandó afuera y otro violento remate de Cebolla Rodríguez que pasó muy cerca.
La segunda parte mantuvo la tónica del último tramo de los 45' iniciales, con el aliciente de que el Manya encontró el gol casi al volver de los vestuarios.
Un centro al área que Cristóforo no descolgó bien le quedó al volante, que se perfiló y remató al arco para el 1-0.
El tanto le hizo bien a los locales, que siguieron trabajando de la misma manera, con una gran labor de Guzmán Pereira, pero sin traducir su superioridad en chances de gol.
Ni siquiera la expulsión de Malrrechaufe a los 63', que reclamó sin razón una mano de Arias, permitió a Peñarol concretar lo que insinuaba, fallando en varias contras por dar mal el último pase o apurarse a definir.
Boselli en dos ocasiones y Nández en otra tuvieron el segundo pero lo desperdiciaron. Danubio fue con lo que le quedaba e hizo sufrir al Carbonero hasta el quinto minuto de descuento. Nueva victoria de Peñarol para seguir tercero y no perderle pisada al líder.