Liverpool arrancó el juego con el afán de hacer pesar su localía e imponer las condiciones. Agustín Dávila fue un problema para la defensa de Progreso, ya que con su movilidad generaba espacios y provocaba varias infracciones.
El local no demoró en abrir el marcador. Tras un pelotazo largo, la defensa de Progreso despejó al medio y Hernán Figueredo se anticipó a todos para poner el 1-0 a los nueve minutos.
Con este golpe el Gaucho cambió su postura y fue a buscar más. Intentó adueñarse de la pelota, pero le faltaba algo que es clave: juego asociado. Logró generar preocupación a Liverpool por medio de remates de media distancia de Alexander Rosso.
Rosso y Luis Gaspari fueron de lo mejor de Progreso: con su habilidad y velocidad produjeron que les hicieran varias faltas. Sin embargo, el Gaucho nunca les sacó rédito a las jugadas de pelota parada.
Hubo otro hecho para destacar: Gaspari se escapó de la marca de Andrés Pereira, quien lo bajó. El árbitro Andrés Cunha cobró la falta y le sacó la segunda amarilla. Liverpool se quedó con un futbolista de menos en un encuentro que lo dominaba con cierta tranquilidad.
El jugador de menos pesó
En la segunda parte Liverpool pareció no tener un jugador menos: dominaba la pelota y generaba peligro ante el arco de Nicola Pérez.
El Gaucho tuvo una muy buena. Le realizaron una falta técnica a Rosso adentro del área del local. El encargado de ejecutarlo fue Joaquín Gottesman y en la línea la sacó Alán Medina. Sin dudas, era el mejor momento del equipo de Leonel Rocco.
Sin embargo, Progreso fue y tuvo su recompensa. Tras un buen centro del mejor jugador del Gaucho, Rosso, la pelota pasó al arquero Carlos Lentinelly y Nahuel Roldán la mandó a guardar de cabeza para poner el 1-1 a los 80'.
Otro hecho para destacar fue que a los 87' se fue expulsado Alex Silva. Con este resultado los dos equipos dejaron pasar la oportunidad de que si ganaban se iban a transformar en el único escolta del sorprendente puntero del Torneo Apertura, Rentistas.