Desde la llegada de Álvaro Gutiérrez a Nacional el cambio en la situación del equipo fue rotunda, más allá del aval que se le pueda dar o no a lo que muestra el equipo en la cancha, los resultados hasta este momento hablan por sí solos.
El argentino Ricardo Zielinski, primera elección de la directiva alba, llegó con el objetivo de potenciar el equipo a nivel internacional, pero ni siquiera llegó al debut copero.
Además de caer en la Supercopa Uruguaya, en las siete fechas que estuvo al frente del equipo contabilizó tres victorias, igual número de empates y una derrota, sumando 12 unidades de 21 posibles.
Allí fue que la cúpula tricolor decidió virar el timón e ir a buscar a un hombre de la casa, que ya supo ser campeón con el equipo y que desde el silencio pudiera encaminar lo local y comenzar con buen pie lo internacional: Álvaro Gutiérrez.
Si bien es cierto que la pelea por el Apertura, está a cinco unidades de Peñarol a falta de tres fechas por jugar, parece casi definida, los resultados están acompañando al entrenador.
En lo local, de cinco cotejos ganó tres (River Plate, Fénix, Wanderers), empató con Danubio y cayó con Peñarol, quizás la actuación más floja del equipo. O sea, de 15 puntos sumó 10.
Pero a esto hay que sumarle lo internacional, donde por fase de grupos de Copa Libertadores ganó en sus dos presentaciones, de visitante ante Metropolitanos y de local frente a Deportivo Independiente de Medellín. Seis de seis posibles.
Si sumamos local y Copa, de siete cotejos ganó cinco, empató uno y perdió el restante, o sea, obtuvo el 76% de los puntos en disputa.
Lo cierto es que lentamente un equipo errático en cuanto a los resultados en cancha comenzó a encontrar el rumbo para ganar, quizás no para acceder a la pelea del primer torneo corto del año, pero sí para ilusionarse con sumar y descontar pensando en los que viene: Intermedio, Clausura y Anual.