El dirigente de Nacional, Antonio Palma, salió al cruce de la sanción que recibió por parte de la Comisión Disciplinaria de Juveniles tras un partido de la categoría sub-17 entre Nacional y Rentistas y aseguró: “jamás voy a permitir que se me atribuyan conductas que van más allá de la pasión de una justa deportiva como el insulto denigrante o la cobardía de una amenaza”.
Palma fue suspendido el viernes pasado por 45 días de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) por un hecho que llevó a la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol (Audaf) a denunciarlo también ante el Tribunal de Ética de la AUF.
Según informó “Referí” el pasado lunes el dirigente fue denunciado por: “invasión de campo, por insultos y por amenazas. El directivo le pidió el nombre al árbitro y amenazó con cortarle la carrera”.
Ante eso Palma emitió una misiva pública donde deslinda responsabilidad de lo sucedido y establece: “no insulté al árbitro ni a sus asistentes, mucho menos pude haber amenazado a nadie (no está en mi naturaleza).
Aquí están sus descargo:
“Ante la denuncia recibida luego de la finalización del partido de la categoría sub-17 de formativas entre Nacional y Rentistas por parte del árbitro del partido, y que determinó una sanción en mi contra, me veo en la obligación de poner en claro varios hechos y dichos que circularon en las últimas horas y que no son ciertos.
En la denuncia del árbitro del partido se establece que invadí el campo de juego con el fin de ponerme ‘casi cara a cara de una forma violenta’ con el fin de insultarlo y amenazarlo de diversas maneras.
Hace más de una década que estoy vinculado a la vida directriz de Nacional desde distintos estamentos y comisiones y siempre vinculado a las divisiones formativas, donde precisamente los dirigentes asumimos una doble responsabilidad: la del rol que asumimos y la de predicar con el ejemplo para miles de chicos que se están formando en el ámbito deportivo.
En más de una década jamás tuve una sanción denuncia, expulsión, ni tan siquiera un inconveniente con parciales, familiares, rivales, ni mucho menos árbitros, y eso que voy prácticamente a todos los partidos de formativas y a los que no asistí seguro fue por razones excepcionales.
En el caso de la denuncia en mi contra no insulté al árbitro ni a sus asistentes, mucho menos pude haber amenazado a nadie (no está en mi naturaleza). Ante el reclamo del DT
de nuestra categoría respecto a su expulsión, y tras escuchar que la respuesta fue "hagan una carta a donde quieran", sI le dije ‘claro que la vamos a hacer’ y le solicité el nombre tras lo cual me retiré caminando solo de la cancha de forma natural y con mucha calma.
La sanción provisoria y no firme que he recibido es revisable y en esa solicitud de revisión, hay material de video que así lo muestra, y cuatro testigos -uno de ellos del equipo rival- quien voluntariamente se puso a disposición para aclarar los hechos porque vio todo lo sucedido.
El fútbol moviliza pasiones y todos los que formamos parte de este deporte somos pasionales. Pero jamás voy a permitir que se me atribuyan conductas que van más allá de la pasión de una justa deportiva como el insulto denigrante o la cobardía de una amenaza”.