El pasado martes, Luis Lacalle Ponce de León, hijo del presidente Luis Lacalle Pou, realizó su debut en Primera División por la Copa AUF Uruguay, en el duelo en el que Cooper, su equipo, cayó en los penales ante Libertad de San Carlos (0-0 en el tiempo reglamentario).
“El día anterior me dijeron que iba a estar en el banco de suplentes junto a otros juveniles, y eso ya te genera un poco de expectativa”, comenzó diciendo en una entrevista realizada por Último al arco (Sport 8.90 AM).
A los 79’ del duelo, con el resultado 0-0, Rafael Cánovas (entrenador del equipo), decidió mandarlo a la cancha: “Cuando me llamó tenía un poco de nervios, pero me tuve que adaptar y concentrar lo más rápido posible, porque además el partido estaba peleado”, mencionó.
Y consultado sobre cómo fue su evaluación acerca de su actuación en esos minutos de acción, aseveró: “Un siete, o siete y medio”.
El aliento de papá
Unas de las particularidades luego de su debut fue la alegría de su padre, que lo definió como el “tigre de la Malasia”, y sobre este apodo comentó: “Es una frase como para tirar para arriba que usa siempre. Ahora, la parte de la Malasia, nunca la entendí”.
“Soy delantero derecho, de los rápidos, que intenta aprovechar espacios”, contó, y confesó: “No tengo un referente en que me base. Estoy aprendiendo de los jugadores con más trayectoria que hay en el Cooper y trato de aprender de ellos”.
También relató que su madre, Lorena Ponce de León, estuvo presente en la tribuna: “Quedó re copada, y después fuimos a comer juntos. También fueron mi novia y mejor amigo, algo que estuvo bueno”.
“Soy hincha de Boston River y tengo aspiraciones de ser profesional, es mi sueño desde chico”, aseguró, y al ser preguntado sobre si piensa en dedicarse a la política, fue claro al responder: “No, no, con el fútbol es suficiente, ya está”.
Por último, se refirió a qué le dicen los rivales en la cancha y si lo chicanean por ser hijo del presidente del país: “Es algo medio difícil, pero estoy con la cabeza de que sé que alguna cosa me voy a comer. Lo aprendí a controlar y ya no me afecta. Da para situaciones que a otros no se le darían”.