El golero de Peñarol, Washington Aguerre, se refirió al duelo con Liverpool por Copa AUF Uruguay, al que definió como “raro”, habló sobre las faltas duras que recibieron sus compañeros y pudieron llevar a una “lesión grave”, y se definió como un “loco bueno”.
“Fue un partido muy raro, cortado, que se le fue un poquito de las manos al árbitro”, comenzó diciendo el cuidapalos entrevistado en la audición partidaria Padre y decano radio (Carve Deportiva 10.10 AM), y amplió: “Lo importante fue quedarnos con el triunfo, darle la alegría a la gente y a nosotros mismos”.
Comentó que fue un cotejo que “venía medio picado de la final que habían jugado en el campeonato pasado. Pasaron cosas por la adrenalina del momento”.
“Las expulsiones que tuvieron [Ignacio Rodríguez, Matías Ocampo y Agustín Cayetano] ellos por pegarle a los jugadores de Peñarol fueron innecesarias”, analizó, y fue a más: “Son jugadas desde atrás, que pudieron llevar a una lesión grave, por suerte están todos bien”.
Retorno a casa
Aguerre, al hablar de su retorno al equipo en el que se formó, confesó: “Esta vez fue la tercera oportunidad de hacerlo, y por suerte la vencida. Estoy feliz de estar en el equipo de mis amores, disfrutando en cada entrenamiento, cada momento, ayudando a mis compañeros. Es una responsabilidad muy grande vestir la camiseta de Peñarol, más siendo hincha, y porque amo al club”.
“Tengo claro lo que pesa el arco, vestir esta casaca, y trato de estar a la altura en cada partido y me siento preparado para hacerlo”, agregó más tarde.
“Sé que estoy en el ojo de la tormenta por todo lo que he pasado hace cuatro o cinco años atrás estando en Cerro Largo [polémicas en cotejos ante Nacional]. Hoy hay que demostrar otra cara, otra persona”, aseveró.
“Estoy en el ojo de la tormenta de los periodistas, la gente, los árbitros, pero tengo que estar tranquilo, demostrar al equipo, y entrenador, confianza y calma. Que sepan que no soy el mismo Washi de antes”, agregó, y prosiguió: “Obviamente que mantengo mi personalidad. A veces escucho los comentarios de que soy un loco, y sepan que soy un loco, pero un loco bueno”.
“El arco de Peñarol pesa mucho, y me siento muy preparado y con toda la confianza de ser hoy el dueño del mismo. Está en mí demostrar en cada partido de que puedo seguir siéndolo”, afirmó.
En el cierre hizo referencia al plantel actual y los objetivos que se trazan con los carboneros: “Han llegado buenos jugadores, hay calidad, compañerismo, mucho profesionalismo. Estamos todos conectados y concentrados, y hacer las cosas bien, dar vuelta la pagina y terminar consiguiendo cosas importantes. No tengo dudas que este año va a ser bueno para el club”.