La periodista que denunció a cuatro futbolistas de Vélez Sarsfield de haberla violado en la madrugada del 3 marzo pasado en Tucumán, donde el equipo de Liniers empató 0-0 con Atlético Tucumán, habló públicamente por primera vez tras lo ocurrido en la habitación 407 del Hotel Hilton.
Ocultando su rostro y sin dar a conocer su nombre, la periodista de 25 años concedió al canal TN una entrevista que se emitió parcialmente este lunes de mañana. La versión completa, con detalles de lo ocurrido entre ella y los tres futbolistas que están en prisión, se emitirá esta noche, fuera del horario de protección al menor.
La joven habló de los mensajes con los que hizo el primer contacto con el arquero uruguayo Sebastián Sosa, a quien acusó de haberla entregado a sus compañeros. “Sosa no me abusa sexualmente, pero estaba esa noche en la habitación. No me protegió ni me cuidó. Considero que es el que me entrega, porque es quien me invita”, manifestó.
“Sosa me generó confianza. Estamos hablando de un arquero de la selección uruguaya, con una gran trayectoria. No es un pibe de reserva que no lo conoce nadie”, comentó, y explicó que ya en la habitación compartió con Sosa “un fernet en un termo blanco, que era de Abel Osorio”, tras lo que ella empezó a sentirse mal y el arquero se quedó dormido.
“Cuando empecé a tomar ese fernet, empecé a sentirme mal. La cabeza me hacía chispazos de alerta, pero el cuerpo no me respondía, hacía frío y estaba mareada, como que me perdía. Sosa directamente se duerme. Qué casualidad que fuimos los únicos dos que tomamos de ese termo”, señaló.
Dijo que José Florentín y Brian Cufré la estaban violando y, al girar la cabeza “para pedir ayuda” a los otros dos futbolistas, “Sosa dormía y Osorio era un espectador”. Posteriormente no pudo irse porque se sentía mal y se quedó acostada. Quería irse, pero no pudo. “No sé si me dormí o perdí la conciencia. Mi próximo recuerdo es Osorio arriba”, relató.
“En un momento me desperté y caí en lo que estaba pasando. Me empecé a sentir mejor y pedí un Uber. Cuando empecé a buscar mi ropa, la bombacha no estaba. Se me dio por abrir la mesa de luz y estaba mi bombacha atada a un fajo bastante alto de plata”, añadió la periodista, quien se culpa “por haber ido esa noche al hotel y por no haber visto el peligro”.
“Siento que somos cinco acusados: ellos de abuso sexual y yo acusada de cómo debería haber actuado, de lo que debería haber hecho y lo que no debería haber hecho”, agregó la víctima, quien desea “que vayan presos” y descartó la posibilidad de llegar a un acuerdo económico. “Lo único que me interesa es tener justicia, y que la condena social sea enorme para ellos y no para mí. Confío en la Justicia”, sostuvo.
La joven habló de cómo se siente, en medio de una “angustia” que no puede frenar. “Me siento triste. Siempre fui una persona que se comía el mundo, y hoy no me reconozco. Vivo con angustia, miedo y ansiedad. ¿Cómo sigo? ¿Cómo me reincorporo al periodismo deportivo? ¿Cómo hago que los jugadores vuelvan a confiar en mí? ¿Cómo me saco el estigma de la denunciante, la víctima, la puta, la gato, y todo lo que se dijo de mí? El daño que me hicieron por comentarios y redes sociales es irreversible”, concluyó.