Antonio Pacheco fue el invitado del programa ‘El dos uno’ que se emitió este lunes por la pantalla de DirecTV Sports, donde habló de todo. El hilo conductor, al igual que el de su vida, fue Peñarol. El ascenso al plantel principal a los 16 años, que lo ayudó a superar la angustia por la pérdida de una hermana, la idolatría y el después.
Hoy, alejado del fútbol pero con el título de entrenador esperando por alguna propuesta, asegura que Gregorio Pérez fue el director técnico que más lo marcó “junto a Jorge Fossati y Julio Ribas”. A Gregorio, el que lo hizo debutar, lo calificó con un 10 al igual que a Daniel Carreño, al tiempo que a Diego Aguirre le puso un ocho y lo definió como “muy inteligente”.
El pico de rendimiento más alto fue bajo la dirección técnica de Julio Ribas, y tras ese período dio el salto a Europa. “Me encantaba entrenar con Julio porque era muy pasional y transmitía muchísimo desde el fervor. Disfruté y aprendí muchísimo el tiempo que estuve con él”, reconoce el Tony, quien no negó haber tanteado a su amigo Álvaro Recoba para jugar algún día en Peñarol, aún sabiendo que sería difícil.
Las charlas con el Chino y la número 8
“Yo volví a Uruguay antes que el Chino. Tenemos una relación de muchísima amistad y casi somos como hermanos hoy, pero eso es algo muy personal de cada uno. Él se crio en Danubio, pasó por Nacional y se fue a Europa, donde estuvo muchísimos años, por lo que no tuvo acá una identificación grande. Pero era lógico que iba a volver a Danubio o a Nacional, como pasó. Me hubiese encantado, sí (que llegara a Peñarol). Hablamos muchas veces y mentiría si dijera que no, pero de ahí a convencerlo… uno debe ser respetuoso de los momentos y saber cómo son las cosas. Pero sí me hubiese encantado jugar con él”, reconoció.
Dueño de la camiseta número 8 de Peñarol durante la mayor parte de su carrera, opinó de la decisión del club de no utilizar esa casaca en los primeros años posteriores a su retiro del fútbol. “Cuando Peñarol decidió retirar la camiseta, le dio una importancia real. Si me preguntan a mí, yo quiero que se le dé otro significado y que la camiseta se use”, dijo.
“Quizás esa camiseta se pueda usar para los juveniles que llegan, porque yo fui juvenil en Peñarol y me identifico muchísimo con los chicos que vienen de abajo. Que lejos de ser una presión, sea algo institucional. Que sea la camiseta que en su momento utilizó Fulano y que sea la representación de los juveniles. Lo importante es que se use. La camiseta tiene que usarse y ser respetada y cuidada como todas las demás”, opinó.
“Habría que sacarse un poquito el ‘yo’ por el ‘Peñarol’”
Recordó su salida de Peñarol en 2011 como el momento de mayor sufrimiento de su carrera, pero no quiso profundizar a la hora de responder si Peñarol no cuida a sus ídolos. “No es Peñarol. Peñarol es la institución. Hay gente que está dentro de la institución en diferentes momentos. Depende de los momentos”, deslizó.
La política del club no le gusta y cree que “es difícil”. Me gusta decir las cosas y ser lo más honesto e independiente posible. No sé si en la política eso sucede”, señaló, sin ocultar que siempre va a votar a las elecciones aurinegras pero sin revelar a quién vota.
Si bien está “ávido de escuchar” si le proponen un cargo dirigencial, advierte que “en la directiva son 11 y difícilmente sean todos de la misma ideología”. “Habría que sacarse un poquito el ‘yo’ por el ‘Peñarol’. Y a partir de ahí se resolverían mucho más fácil las cosas. Eso siempre depende de las personas”, sostuvo, y aseguró que siempre está “pensando en Peñarol” y “con ganas de ayudar”, pero su vuelta “depende de la institución”.
El retiro a mediados de 2015: Sólo Bengoechea lo sabía
Alrededor de su retiro se armó una novela de alto perfil mediático, con una promesa de una reunión y una decisión institucional de no renovarle el vínculo que se supo a través de los medios antes de que se sentaran a hablar. No obstante, Pacheco ya había resuelto no seguir jugando bastante antes del recordado clásico de la ambulancia, que fue el último partido de su carrera profesional.
“Dos dirigentes me manifestaron que, independientemente de lo que se hablara en la reunión, mi continuidad iba a depender de lo que yo quisiera. Fui a la reunión sabiendo la noticia en la prensa, cosa que me pareció que no estaba bien. Pero yo ya había tomado la decisión de no jugar más al fútbol”, aclaró.
“Pablo (Bengoechea) era el técnico en ese momento y yo le había dicho cuando él asumió (a fines de 2014) que ese iba a ser mi último torneo como futbolista pero que no iba a decir nada, porque quería tener el mismo nivel de exigencia hasta el último día que jugara en Peñarol, como lo tuve desde el primero. Algunos prefieren anunciar su retiro, pero yo no”, recordó.
“Cuando sucedió todo esto a nivel de prensa te das cuenta quién es quién. Los que me habían dicho que dependía de mí, iban a cumplir. Pero yo ya tenía la determinación tomada. En la mesa redonda los vi a todos (los dirigentes) a la cara y es muy fácil”, explicó.
Los dirigentes y la situación del Cebolla
Cuando se le preguntó si en esa mesa hay dirigentes que le hacen daño a Peñarol, fue tajante respondiendo con un “claramente”. “No puedo opinar por lo que piensa el otro, pero hay cosas que no le hacen bien a Peñarol y eso a veces es por beneficios personales y a veces porque estás en total discrepancia con lo que sucede. Pero lo importante es que las resoluciones se tomen en la interna y no para afuera”, reflexionó.
También consideró que “está muy mal” la filtración a los medios de la noticia del sobrepeso de Cristian Rodríguez en su vuelta a los trabajos hace dos meses y medio. “Evidentemente salió de ahí, porque cuando el fútbol retomó los entrenamientos era a puertas cerradas por los protocolos. Alguien se lo comentó a alguien, y ese alguien se encargó de decirlo. Está muy mal porque más que al Cebolla, perjudican a Peñarol. Y Peñarol está por encima de todos”, afirmó.
La gallina con la pata quebrada: “En ese momento sentí apoyo de Nacional”
Por último, dijo sentirse “respetado” por los hinchas de Nacional pese a una situación lamentable que tuvo que ver por televisión pocos días después de su fractura, en 2012, cuando apareció pegado en un palco del Gran Parque Central un muñeco que emulaba a una gallina con una pata quebrada y una camiseta amarilla y negra con el número 8.
“Creo que es una situación que se escapó de las manos de quien estuviese ahí. A veces la pasión hace que se cometan algunos errores, pero yo sentí en ese momento apoyo de Nacional. Una persona no empaña lo que hizo en su momento la institución, que se arrimó para saludarme. En la rivalidad y en el querer uno ganarle siempre, esto trascendía a esa situación”, valoró.
Por aquellos días Nacional, que era presidido por Ricardo Alarcón, emitió un comunicado en su web oficial deseándole una pronta recuperación a Pacheco y brindándole su apoyo. Minutos después la publicación fue borrada porque no fue bien recibida por un importante número de hinchas.