La derrota 5-0 de Peñarol a manos de Botafogo este miércoles en Río de Janeiro por la ida de las semifinales de la Copa Libertadores caló hondo en el plantel, que no le encuentra explicación al abultado resultado. “Lo primero es pedirle disculpas a la gente que vino hasta acá y nos apoyó; y segundo agradecerles”, dijo Javier Méndez en zona mixta.

“Fueron dos tiempos muy distintos. En el primero hicimos un partido prácticamente perfecto, pudimos cortarles los circuitos y no encontraban espacios, y en el segundo nos encontramos con un desajuste que abrió el score, pudieron filtrar pelota; y después se nos hizo difícil porque empezamos a dejar espacios y les favoreció”, analizó.

Con respecto a las posibilidades de dar vuelta la serie, señaló: “Sería malo rendirse ahora y no volverlo a intentar. El sueño está. Sabemos que es más complicado de lo que esperábamos. Lo veíamos muy cerca, pero lo vamos a seguir intentando”. “A principio de año muchos nos ponían en duda. Para perder una semifinal primero hay que jugarla”, ahondó.

Maximiliano Olivera, por su parte, indicó que “es difícil de analizar” porque “fueron ocho minutos en los que se desvirtuó todo y se nos fue de las manos”. “No le encontramos explicación. Con esos tres goles les dimos espacios y se les hizo todo más fácil. Hicimos un gran primer tiempo, generamos situaciones de gol y controlamos bien el partido”, finalizó.