Brian Lozano atraviesa un gran presente en el fútbol mexicano, donde estaba siendo figura del Santos Laguna antes del receso obligado por el coronavirus. Entre el Apertura 2019 y el Clausura 2020 lleva 13 goles en 29 partidos y se ganó la citación a la selección uruguaya. Para eso tuvo mucho que ver Guillermo Almada, su entrenador en el equipo de Torreón.

“A Guillermo lo enfrenté muchas veces pero nunca me había dirigido. Conocía su idea de juego y me ha ayudado muchísimo. Lo bueno es que te dice las cosas malas. Las buenas todos te las dicen, pero cuando hay algo para mejorar te lo dice y le saca lo mejor al jugador”, comentó el mediocampista de 26 años al programa Tirando Paredes, de la 1010 AM.

Hoy siente que ha “madurado mucho como persona y como jugador” tras su pasaje por Nacional, club al que llegó procedente del América y en el que estuvo durante el Campeonato Uruguayo Especial 2016 y el Apertura 2017, ambos torneos bajo la dirección técnica de Martín Lasarte. Anotó cuatro goles en 26 partidos oficiales, de los que fue titular en 10.

“Recuerdo que los hinchas de Nacional tenían grandes expectativas sobre mí por lo que había mostrado en Defensor y en la selección. Con los hinchas de Nacional estoy agradecido porque más allá de que no rendí como pude haber rendido, siempre me mostraron un cariño que no sé si merecía”, manifestó.

Pocas oportunidades en el Bolso y una “falta de respeto” de Lasarte

“En Nacional no tuve las oportunidades que hubiera querido tener. Al principio no se me daba la oportunidad. Hablé con el entrenador para ver si me iba a tener en cuenta, porque yo tenía algunas opciones para irme, y me dijo que me necesitaba para la Copa Libertadores. Me dolió lo que hizo conmigo porque lo hablé personalmente, no por teléfono, y de ocho partidos de la Libertadores jugué 15 minutos”, recordó.

“Fue una falta de respeto muy grande para mí. Me dolió que me mintiera en la cara. En ese momento (Gustavo) Munúa me quería llevar a Liga de Quito y también tenía la opción de irme a la Universidad de Chile. Entrenaba pero no se me daban las oportunidades”, rememoró.

“Después mi cabeza cambió. Tuve muchas cagadas y cometí errores que me costaron caro y no pude demostrar. No me cuidaba con las comidas, me dormía tarde y no descansaba bien”, dijo, aunque aclaró que esos errores fueron a poco de finalizar su vínculo con los tricolores, cuando ya era un habitué en el banco de suplentes.

“Antes de irme de Nacional, en un momento no tenía ganas de jugar más. Me sentía mal, me encerraba en mi casa y me ponía a llorar. Nunca falté a un entrenamiento pero no tenía ni ganas de ir a entrenar. En un momento me dije que no tenía que tirar todo lo que luché por ser jugador profesional y seguí trabajando los meses que seguí en Nacional hasta que se me dio la oportunidad acá en México. Después nació mi hijo y eso me ayudó a madurar. Crecí como jugador y como persona. Hoy me siento más estable”, valoró.

Tabárez contento con su evolución

A mediados de 2017 recaló en el Santos Laguna, donde ya registra 21 goles en 119 partidos oficiales. “A México llegué con poco ritmo y no imaginaba que llegara y fuera a jugar enseguida, pero llevo tres años acá y jugué siempre. Tuve esa continuidad que estaba buscando y hoy me siento muy bien. Disfruto de jugar al fútbol”, manifestó.

Su buen nivel lo llevó a volver a ser considerado por Óscar Washington Tabárez para la selección uruguaya, aunque no era el objetivo que se había trazado como prioridad. “Mi cabeza no era volver a la selección, sino hacer las cosas bien en el equipo que me tocara estar. Si hacía las cosas bien se iban a volver a fijar en mí desde la selección”, explicó.

“La primera convocatoria (segundo semestre de 2015) me agarró joven y no esperaba que se me diera la oportunidad tan rápido. Hoy me siento más integrado en el grupo. El maestro (Tabárez) se me arrimó a hablar y me dijo que estaba contento por la evolución que he tenido. Eso se agradece por la confianza que me brinda”, reconoció.

Retirarse en Defensor; jugaría en Peñarol y “no sería buena opción volver a Nacional”

Al ser consultado por un posible retorno a Nacional, fue claro: “Siempre estoy agradecido con los equipos que me han dado la posibilidad de jugar, pero pensándolo bien, creo que no sería una buena opción volver a Nacional. No creo que vuelva”. Con la misma claridad respondió cuando le preguntaron si jugaría en Peñarol: “Sí, jugaría”.

Respecto al club que lo vio nacer, también se manifestó sin dudas: “Mi deseo es poder retirarme en Defensor, pero no estando viejo y sin poder moverme. Quiero poder darle lo que el club me dio a mí, poder rendir y hacer las cosas bien. Defensor para mí es todo. Se fijó en mí cuando estaba en las inferiores de Bella Vista y al llegar me brindó lo mejor”.

“Antes de debutar en Primera División yo me pasaba en mi barrio y a veces no comía bien porque no se podía. No estaba rindiendo como podía, y Defensor me dio la oportunidad de irme a vivir a su casa, cosa que me hizo muy bien. Volvía a mi casa sólo los fines de semana. Me alimentaba bien, descansaba bien y crecí muscularmente porque me daban vitaminas. Siempre me dio lo mejor y siempre le estaré agradecido”, concluyó.