Álvaro Recoba brindó una extensa entrevista al programa Tuya y Mía, de Radio El Espectador, y habló de todo. Sus inicios en Danubio y el retorno, los años en el Inter de Milán, la selección uruguaya y Nacional, donde no pudo “cumplir el sueño que todo jugador uruguayo tiene hace más de 30 años; ganar algo internacional con su equipo”.
“El fútbol me dio mucho más de lo que hubiese esperado. Me divertí mucho y disfruté que mi familia disfrutara. Acepté derrotas, me volví a levantar, volvimos a perder y volvimos a ganar”, dijo el Chino a modo de reflexión, y recordó el momento de la vuelta al club que lo vio nacer, donde quiso cambiar algunas cosas pero no pudo.
“En su momento, cuando decidí volver a Danubio, lo hice con la intención de hacer algo diferente y de lograr que el club creciera. Cuando vi que no se podía hacer, mucha gente tomó a mal que me fuera a Nacional. Cuando llegué a Danubio se fue el presidente y mucha gente no tomó a bien que me fuera a Nacional, que fue lo mejor que me pasó en toda mi vida”, dijo.
“Lo mejor fue que Nacional me aceptara”
“Lo mejor fue llegar a Nacional y que el club me aceptara nuevamente después de yo haber ido a Danubio, porque estaba en todo su derecho de decir que no me precisaba”, reiteró. “Pero lo que viví con Danubio y lo que traté de dar nadie lo puede cambiar. El que me conoce sabe lo que siento por la gente del club. Por algo mi gurí sigue jugando ahí”, sostuvo.
En aquel pasaje por Nacional, el entrenador que le dio el visto bueno a su llegada fue Marcelo Gallardo, a quien definió como “un fenómeno”. “No sé si veía venir (lo que fue después en su carrera). Cuando arrancó Guardiola tampoco se sabía hasta dónde iba a llegar. Tenía un carisma particular y un don de gente que no es fácil encontrar. Me dejó muchas enseñanzas a nivel de vida, y eso que es más chico que yo”, comentó el Chino sobre el Muñeco.
Consultado por el delantero con el que mejor se entendió dentro de la cancha, eligió a Christian Vieri porque “era tirársela y hacía el gol”. “Él me decía que hizo más de 100 goles y capaz que la mitad de las asistencias fueron mías. De cabeza te mataba y si quedaba picando te clavaba. Era un goleador goleador. Tuve compañeros nueves que eran unos fenómenos, como Zamorano, Ronaldo, Batistuta, Crespo, el Cacique (Medina), Iván (Alonso), Darío Silva. También jugué con (Zlatan) Ibrahimovic; loco pero buena gente”, explicó.
La selección: “Capaz que no me gusta cómo juega, pero el fútbol es ganar”
Consultado por la selección uruguaya, a la que defendió 69 veces entre enero de 1995 y julio de 2007 con un registro de 11 goles, recordó que se logró la clasificación al Mundial 2002 pese a estar “en una época complicada” donde “había mucho quilombo” tras la salida del argentino Daniel Passarella del cargo de entrenador.
“Para Alemania 2006 teníamos mejor equipo que para 2002. Si en ese entonces hubiese existido VAR, clasificábamos. En Montevideo hubiésemos ganado 2-0 o 3-0, y en Australia fue descarado el robo que sufrimos”, recordó sobre el repechaje mundialista 2005, que se perdió por penales. “Después ya no tuve más chances porque en Sudáfrica 2010 no estaba”, dijo.
Hoy, como un hincha más, la vive de forma diferente. “Disfruto porque vamos a ver un partido de la selección y lo disfrutan mis hijos. Capaz que no me gusta cómo juega Uruguay, pero el fútbol es ganar. Capaz que a veces jugamos un poquito bien y a veces un poco mal, pero esta selección nos genera a todos”, valoró.
“Mi gurí me preguntaba qué sentía al cantar el himno con la selección. Yo le dije: ‘Entrená para hacerlo porque es lo más lindo que hay’. Hoy el jugador ya no piensa en salir de las juveniles, llegar al primero, pasar por un grande y llegar a la selección. Hoy ya piensan en irse a Europa desde la quinta o la cuarta, y no es así. Para llegar a esos lugares hay que entrenar”, concluyó.