En los meses pasados tuve la oportunidad de dictar clases de estrategia competitiva sostenible y talleres de sostenibilidad. Las audiencias eran diferentes, desde estudiantes de maestría a líderes de instituciones educativas.
Allí estaban presentes las dos caras de una moneda: cuánto nos falta avanzar aún en nuestro país en organizaciones tanto grandes como pequeñas, así como el entusiasmo por conocer más y aplicar las herramientas que facilitan este camino.
Nos enfrentamos a nuevos marcos regulatorios sobre información de sostenibilidad, como las normas IFRS S1 y S2 del International Sustainability Standards Board (ISSB) y las ESRS de Europa. Las primeras son estándares que ayudan a las empresas a reportar su impacto ambiental, social y de gobernanza de manera clara y uniforme. Las segundas, por su parte, son normas europeas que también buscan mejorar la transparencia en dichos temas. Este cambio no solo afecta a las grandes corporaciones, sino que también impacta a las pequeñas y medianas organizaciones que forman parte de las cadenas de valor globales.
Uruguay, como parte integral de la economía global, no puede quedarse atrás en la adopción de estos estándares. Países vecinos ya están implementando estas normas, por lo que las empresas uruguayas que no transformen su modelo de negocio hacia uno más sostenible corren el riesgo de perder competitividad y oportunidades de crecimiento.
La clave está en ver estos cambios no como una carga, sino como una oportunidad de innovación y diferenciación (1).
¿Qué es y qué no es un emprendimiento sostenible?
Un emprendimiento sostenible es un negocio con propósito, que se centra en resolver problemas sociales, ambientales o económicos a través de modelos de negocio innovadores y escalables. No es simplemente un negocio que busca maximizar la riqueza sin considerar estos impactos, ni una organización que solo comunica iniciativas de impacto sin un plan concreto con metas claras y medibles. No es una organización sin fines de lucro o una fundación (2).
¿Por qué desarrollar un emprendimiento sostenible?
Muchas personas estamos embarcadas en alinear los hábitos de consumo con nuestros valores y propósitos personales. Somos agentes de cambio y confiamos en nuestro poder de decisión como un medio para impactar en los patrones de producción actuales. Este comportamiento se ve claramente en las nuevas generaciones, que incorporan el eje ambiental y social al momento de consumir.
En 2022, los compradores sostenibles online crecieron casi un 30%, más de 4,3 millones de personas compraron más de 7 millones de productos con impacto positivo en América Latina (3). Se estima que sigan creciendo y para 2031 alcancen al 43% de la población (4).
Además, las oportunidades de inserción en cadenas de valor de grandes corporaciones y gobiernos que buscan ser más sostenibles son cada vez mayores. Nuestro país tiene una política de compras sostenibles, integrando en la valoración no solo el aspecto económico sino también el impacto ambiental y social de los bienes, servicios y obra contratados y/o adquiridos (5).
También hay un creciente acceso a financiamiento e inversión destinados a fortalecer emprendimientos sostenibles. La inversión de impacto ha crecido más de 10 veces durante la última década en América Latina (6).
Además, las personas buscan trabajar en organizaciones alineadas con sus valores, lo que hace que las empresas sostenibles sean atractivos para el talento. El 44% de los millennials y el 49% de la generación Z tomaron decisiones respecto a qué trabajo hacer o en qué empresa trabajar en base a la ética personal y cuán reflejados estaban sus valores personales en ellas (7).
En Uruguay, la Tasa de Actividad Emprendedora (TAE) durante 2023 se ubicó en 26%, indicando que ese porcentaje de las personas de entre 18 y 64 años cuenta con un emprendimiento o ha iniciado algún tipo de actividad emprendedora en nuestro país. Y esto es más significativo en el interior del país (aumento del 27,4% al 27,9%) (8).
La sostenibilidad no es solo una necesidad para mantenerse competitivo, sino una oportunidad para que los emprendedores uruguayos se reinventen y prosperen en la economía global del futuro. No se trata solo de cumplir con las regulaciones, sino de re imaginar cómo operar de manera más sostenible y rentable en el largo plazo, generando un impacto positivo en lo ambiental, social y de gobernanza.
El futuro será sostenible o no será. En próximas entregas hablaremos del proceso a seguir para lograr emprendimientos de impacto, desde la mirada del PNUD2.
Referencias:
1. Dr. Nicolás Gambetta: Sostenibilidad: el desafío y la oportunidad para las empresas uruguayas. Universidad ORT Uruguay (julio 2024).
2. PNUD Uruguay, "Reformando las condiciones del mercado y la estrategia para financiar la transición hacia el desarrollo sostenible en Uruguay", 2022. © PNUD Uruguay, 2022. ISBN: 978-92-95114-14-2.
3. Decreto N°402/018, Política de Compras Sostenibles de Uruguay.
4. Inversión de Impacto en Uruguay, Naciones Unidas, 2020.
5. Informe de tendencias de consumo online de impacto positivo, Mercado Libre, 2022.
6. Who Cares, who does, Kantar, 2021.
7. The Deloitte Global 2021 Millennial and Gen Z Survey, Deloitte, 2021.
8. https://www.ande.org.uy/noticias/item/dia-mundial-del-emprendimiento-los-ultimos-datos-en-uruguay.html
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