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Contenido creado por Paula Barquet
Innovación y otras yerbas
Foto: Sede de la ANII
OPINIÓN | Innovación y otras yerbas

Más y mejor inversión en investigación e innovación para mejorar la relación con el futuro

Hay que definir prioridades, ajustar marcos institucionales y promover eficientemente la inversión privada.

Por Fernando Brum

22.03.2024 15:40

Lectura: 4'

2024-03-22T15:40:00-03:00
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Como decía Ricardo Pascale, en Uruguay no tenemos una buena relación con el futuro. Peor aún, en tiempos de aceleración corremos el riesgo de tener una mala relación con el presente.

Es urgente aumentar la inversión pública en investigación e innovación al mismo tiempo que generar incentivos para también aumentar drásticamente la inversión privada.

No es una tarea fácil, no se trata simplemente de incrementar los presupuestos de algunas instituciones. Los recursos son escasos y seguirán siendo escasos. Se trata de establecer prioridades, ajustar los marcos institucionales y regulatorios que sean necesarios y lograr una implementación profesional de las políticas.

Todo eso no se logra sin una visión y un liderazgo claro.

En Uruguay nos cuesta establecer prioridades. Priorizar es elegir: habrá ganadores y perdedores. Pero si queremos acercarnos a una economía basada en conocimiento habrá que definir prioridades y establecer un rumbo.

Establecer prioridades significa concentrar los nuevos recursos públicos en los sectores seleccionados y promover la inversión privada mediante una nueva generación de instrumentos.

El grueso de las exportaciones está en el sector del agro y en el sector servicios (que incluye las tecnologías de la información). Ambos tienen una importante inserción internacional y también han incorporado tecnología, aumentando notoriamente su productividad. No son sectores para abandonar sino para pisar el acelerador.

El sector de ciencias de la vida, que incluye biotecnología, es un emergente con un gran potencial, pero además de inversiones necesita un nuevo marco institucional. Necesita una agencia especializada en lugar de un departamento del MSP, y necesita que dejemos de ser una isla fuera del tratado internacional de patentes.

Un cuarto sector a priorizar es de la conservación del medio ambiente, especialmente orientado a despejar las amenazas al sector del agro que crecen día a día. La Unión Europea terminó de liquidar el TLC con el Mercosur basándose en argumentos medioambientales. Las alertas están encendidas.

Son sectores muy amplios, y dentro de cada uno de ellos corresponde realizar un ejercicio similar. Elegir, priorizar, monitorear los avances.

¿Hay otros sectores interesantes? Sin duda, pero priorizar todos los sectores es lo mismo que no priorizar ninguno.

¿Y si nos equivocamos con las prioridades? Pues tenemos que monitorear sistemáticamente, y ajustar cuando sea necesario. No se trata de crear un “Plan Quinquenal” estático, inviable en un mundo de aceleración, sino de lograr la capacidad de monitorear y evaluar sistemáticamente aprendiendo de la realidad y ajustando los instrumentos.

Los sectores mencionados tienen un alto sesgo exportador. ¿Y el mercado interno? ¿Y los servicios públicos?

A mi juicio el mecanismo adecuado para tratar de potenciar la innovación orientada al mercado interno es el de la innovación abierta. Los desafíos de innovación como forma de apalancar la inversión privada en soluciones a los problemas de las empresas y los servicios públicos. En el artículo anterior publicado en ConFirma presenté los principales aspectos relativos a la innovación abierta.

Pero con la inversión pública no alcanza. Tenemos que revisar los incentivos a la inversión privada existentes (que son varios y muy relevantes), compararlos con los que utilizan los países que han tenido éxito, y realizar las modificaciones que resulten relevantes.

Es importante potenciar los instrumentos existentes en ANII, Uruguay XXI y otras instituciones, pero también es necesario diseñar una nueva generación de instrumentos que ponga foco en incrementar la inversión privada en las áreas de investigación, desarrollo e innovación que presentan un gran potencial de crecimiento.

Fuimos capaces de crear una primera generación de instrumentos basados en ANII y Uruguay XXI; tenemos que ser capaces de crear los instrumentos de segunda generación que permitan mejorar nuestra relación con el futuro.

Por si fuera poco, tenemos otro gran problema: ¡nos falta capital humano!

Somos un país caro, y mejorar nuestras políticas de atracción de inmigración probablemente no aporte demasiado, aunque no es descartable.

Hace años que venimos hablando de la necesidad de mejorar la enseñanza de las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por su sigla en inglés). Sin embargo, hemos hecho muy poco. Una vez más aparece el problema de las prioridades. No hemos diseñado incentivos específicos para instituciones que mejoren la calidad de la enseñanza de estas disciplinas y que involucren a los docentes.

El artículo es un apretadísimo resumen de algunas ideas, pero se puede resumir aún más en una idea principal: es necesario elaborar una visión que nos arrime a la economía del conocimiento. Eso pasa por priorizar, y para definir prioridades y ejecutar es necesario el liderazgo y la determinación.

Por Fernando Brum


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