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Contenido creado por Paula Barquet
Innovación y otras yerbas
OPINIÓN | Innovación y otras yerbas

Los autos eléctricos son del presente, ya no del futuro

El crecimiento del parque de eléctricos a nivel global marca una tendencia irreversible, pero el recambio llevará un tiempo considerable.

Por Fernando Brum

19.04.2024 10:52

Lectura: 5'

2024-04-19T10:52:00-03:00
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Se estima que existen más de 1.400 millones de autos o camiones en el mundo. Menos de 30 millones son eléctricos, alrededor del 2 y algo por ciento. No es un número significativo, pero es importante mirar la tendencia. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía, uno de cada cinco autos vendidos en 2023 fue eléctrico, mientras que en 2020 la participación en el mercado era cinco veces menor.

En Noruega el 80% de los nuevos autos matriculados es eléctrico, pero es un caso muy particular basado en altos subsidios. En el resto del mundo el ritmo de crecimiento es mucho menor: en China es del 20% y en Estados Unidos de apenas el 5%. La mitad de los autos eléctricos del mundo está en China, que ha apostado fuertemente a esa opción.

La Asociación de Comercio Automotor del Uruguay reporta ventas de 1.887 en 2023, un crecimiento del 80% frente a los 1.044 autos vendidos en 2022. A pesar del gran desarrollo, sigue siendo un número bajo si lo comparamos con los 55.592 vehículos vendidos en total (3,4 %).

La autonomía no es un problema importante. Tesla reporta una autonomía de más de 400km y BYD una autonomía de más de 300 km, por supuesto dependiendo del modelo. Hay 262 puntos de carga en todo el país, cubriendo razonablemente las rutas principales.

El tiempo de carga sí resulta un problema relevante. Los cargadores de alta velocidad de los puntos de carga demoran media hora en cargar el 80% de la batería. Es casi imprescindible contar con un cargador en el domicilio para utilizar en la noche.

Para recorrer 100 km se necesitan alrededor 20 kwh, unos 210 pesos en un punto de carga rápida. Un auto convencional consume siete litros de nafta, unos 530 pesos. Los costos de mantenimiento también son más bajos porque los motores eléctricos son más simples.

El impacto ambiental de un auto eléctrico en Uruguay es muy bajo y depende del origen de la energía. Por ejemplo, en lo que va del año la incidencia de la energía térmica ha sido prácticamente nula; durante la sequía, en enero de 2023, anduvo en el orden del 20%.

El ahorro potencial en el consumo de energía global de los vehículos eléctricos es importante. El 34% de la energía global proviene del petróleo, y más del 45% se destina al transporte carretero. Esto implica una incidencia del orden del 15% de ahorro potencial (los números son estimaciones gruesas). En realidad es un poco menor, porque parte de la energía eléctrica global se obtiene del petróleo.

El problema principal de los autos eléctricos es el de las baterías. La tecnología de las baterías ha mejorado notablemente y seguirá mejorando. El objetivo es optimizar la densidad energética para aumentar la autonomía y reducir el tiempo de carga.

La densidad energética de las baterías es baja, alrededor de 300 vatios hora por kilogramo, mientras que la densidad de la nafta es mayor que 12.000 Wh/kg. Los autos eléctricos son muy pesados.

La baja densidad energética de las baterías hace impensable utilizar motores eléctricos en la aviación, y solamente hay impulsos incipientes en barcos eléctricos pequeños y de poca autonomía.

La inversión en investigación y desarrollo para mejorar las baterías es enorme, y cabe esperar mejoras importantes en sus costos, su densidad energética y sus tiempos de carga.

La tendencia es clara, pero la transición llevará unos cuantos años. El fenómeno de Noruega tampoco está consolidado: la altísima inversión el promover los vehículos eléctricos tuvo el efecto lateral no deseado de aumentar el número de autos en detrimento del transporte público. Las políticas están en revisión y han aumentado los impuestos.

Bajar el impacto de las emisiones debidas al transporte pasa no solamente por los autos eléctricos, sino también por las mejoras en el transporte público aumentando su utilización. En definitiva, bajar el número de vehículos en las calles.

Utilizar un auto eléctrico también implica un cambio cultural: igual que el celular, hay que acordarse de dejarlo cargando antes de ir a dormir. Desde el punto de vista del usuario, mejorar los tiempos de carga es más relevante que aumentar la autonomía.

Uruguay cuenta con condiciones muy ventajosas para la transición debido a la matriz energética basada en renovables. La transición se acelerará en la medida que cargar los autos eléctricos insuma menos tiempo y que los costos bajen.

Es imposible predecir cuándo se alcanzará el punto crítico, pero todo indica que en no demasiado tiempo el porcentaje de autos eléctricos vendidos por año aumentará notablemente. Ese punto marcará el verdadero comienzo de la transición, ya que hay más de 1.400 millones de autos en el mundo.

Por Fernando Brum


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