Publicidad

Contenido creado por Paula Barquet
Bueyes perdidos y encontrados
Foto: Dante Fernández/FocoUy - Gastón Britos/FocoUy
OPINIÓN | Bueyes perdidos y encontrados

Laura y Blanca: dos trayectorias, dos ejemplos diferentes y similares desafíos

Como dijo Antón Chejov: “Puede que no tenga victorias notables, pero puedo sorprenderte con las derrotas a las que logré sobrevivir”.

Por Marcelo Estefanell

04.10.2024 11:52

Lectura: 4'

2024-10-04T11:52:00-03:00
Compartir en

Hay dos mujeres que llaman la atención. Son muy diferentes entre sí, pero ciertas características me llevan a relacionarlas. Me estoy refiriendo a Laura Raffo y a Blanca Rodríguez.

Ambas cuentan con trayectorias en los medios de comunicación pero vienen de formaciones distintas: una es economista y como tal se desempeñó en varias empresas ocupando cargos gerenciales; Rodríguez es egresada del Instituto de Profesores Artigas y fue docente de literatura durante varios años.

Desde muy joven Raffo desarrolló un marcado gusto por la escritura, logrando en su juventud el premio nacional de literatura en el rubro poesía inédita.

Rodríguez, por su parte, publica Confidencias, su primera obra, en 1998, cuando ya llevaba ocho años siendo el rostro visible en el informativo central de canal 10 junto a Jorge Traverso. Luego le siguieron otras publicaciones a lo largo del tiempo, destacándose como compiladora en la obra titulada El correo del General (2004), donde reúne la correspondencia de Líber Seregni y de su esposa Lilí Lerena, escritas mientras estuvo preso durante la dictadura cívico militar.

Raffo, por su parte, en 2016 publica La economía al alcance de todos; tal como solía hacerlo en sus columnas televisivas, allí se propone poner al alcance del ciudadano común, conceptos sobre la economía cotidiana de engorrosa comprensión. Con esta obra obtiene el premio Bartolomé Hidalgo ese mismo año.

Tras el alejamiento de Traverso de Canal 10, en febrero de 2013, Blanca Rodríguez se convirtió en la figura principal de Subrayado. Año a año, su voz cálida, su dicción clara y su rostro amable, la convirtieron en un personaje público respetado y admirado por miles y miles de televidentes. Bastaba con no aparecer en la edición del informativo y las especulaciones sobre su ausencia disparaban un sinfín de elucubraciones de sus pocos detractores que llegaban a difundir falsos rumores y titulares chismosos.

Cuando al presidente Luis Lacalle Pou se le ocurre proponer a Laura Raffo como candidata a la intendencia de Montevideo por la coalición multicolor (febrero de 2020), la figura de Raffo salta a la arena política y logra una considerable votación en las elecciones municipales (39,3%). Continúa su militancia y a fines de ese año es nombrada presidenta de la Comisión Departamental de Montevideo del Partido Nacional. Al año siguiente, cuando impulsa la creación del Centro de Estudios Metropolitanos, todo hacía pensar que se estaba preparando con vistas a las futuras elecciones municipales. Sin embargo, en mayo de 2023 abandona su cargo y anuncia que no será candidata a intendenta; sus aspiraciones quedan bien claras: apuesta a la presidencia de la República y este es el comienzo de otra derrota. Todo el esfuerzo que realizó para las elecciones internas con el apoyo del Herrerismo, de Alianza Nacional y del Movimiento Nacional de Rocha, se fue al garete. El aire renovador y moderno de su corriente Sumar no alcanzó y tuvo que conformarse con el 19,2% de la votación. Tanto Álvaro Delgado, primero, como el Herrerismo, más tarde, le cobrarían aquel magro desempeño; el primero al no llevarla como compañera de fórmula, y la 71 —con Lacalle Herrera encabezando la gestión— negándole el primer lugar en la lista al Senado. Según Raffo, sus colegas no cumplieron con “la palabra empeñada”. El sector Alianza País, al fin, le dio cobijo como suplente del doctor Javier García.

La lealtad de Raffo a su fuerza política es loable. Pero sus derrotas no pasan desapercibidas.

Blanca Rodríguez, por su parte, se apoya en sus convicciones y en los afectos cosechados a través de 10 años de docencia y en más de tres décadas frente al informativo más exitoso de la televisión nacional. Desde que hizo pública su decisión de sumarse al Frente Amplio y desde que reconoció la influencia del presidente Mujica y de Lucía Topolansky para aceptar el desafío, mostró su independencia, su temple y su alegría; cuando sostuvo que “las diferencias se deben argumentar desde un lugar que tenga altura, sin recurrir al agravio ni a la descalificación”, cumplió a rajatabla. Tal vez por esto —y por esa trayectoria impecable como educadora y comunicadora—, a donde va convoca, y la gente se agolpa para expresarle su cariño y agradecerle su presencia; solo los mediocres no pueden disimular su envidia porque saben que jamás recogerán el reconocimiento que las inmensas mayorías le entregan a esta mujer que vino a enaltecer la política.

Blanca Rodríguez será senadora de la República y Laura Raffo actuará como titular en alguna ocasión. Ambas, desde posiciones distintas, con sus virtudes y con sus defectos, seguramente aportarán al bien común y mostrarán que las mujeres son imprescindibles.

Por Marcelo Estefanell