En mi columna anterior abordé la importancia de los emprendimientos sostenibles y el impacto positivo que pueden generar en nuestras comunidades. Hoy quiero profundizar en cómo podemos lograr estos emprendimientos de impacto, tomando como referencia las recomendaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El primer paso es plasmar la idea y motivaciones para emprender con impacto, identificando las habilidades y conocimientos técnicos y los recursos actuales, junto a los colaboradores y/o aliados que acompañarán la iniciativa.

El siguiente paso (absolutamente crucial) es identificar el problema que el emprendimiento abordará. Todo emprendimiento de impacto nace de la necesidad de resolver un problema social y/o ambiental. Describir la problemática que interesa, los factores que la provocan y los objetivos (ODS) que se desea abordar. Este paso ayuda a entender en detalle las causas y factores del problema y a vincularlo a uno o más ODS específicos.

Los pilares clave para una organización saludable y sostenible son la definición del propósito, la cultura organizacional, alianzas ganar-ganar, visión y misión.

Me quiero centrar en el propósito. Las personas nos comprometemos más con la organización si nuestro sentido personal se conecta y está alineado a la razón de ser de la empresa.

En una charla TED de Adam Liepzig podemos ver una simple guía de cómo se construye nuestro propósito personal, entendiendo a las personas y sus necesidades para hacer una diferencia en sus vidas. Internalizarlo y luego escribirlo es absolutamente esencial.

Quienes hemos tenido la oportunidad de leer “El hombre en busca de sentido” de V. Frankl (1946), encontramos allí una clara visión del sentido: “A un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino”.

Conectar el propósito personal y de la organización fortalece la comunicación y el impacto positivo del emprendimiento y fomenta una cultura de honestidad, transparencia y colaboración. Se trata de construir una cultura organizacional basada en la pertenencia.

Relacionarse de manera ganar-ganar con todos los grupos de interés, sentirse parte de un movimiento global y multiplicar su impacto. Apoyar a otros emprendimientos de impacto y respaldar las normativas que promuevan el crecimiento sostenible.

La visión define el futuro al que aspira el emprendedor: “¿cómo queremos vernos en el futuro?” y “¿qué nos proponemos lograr?”.

La misión describe el camino para cumplir el propósito. Define el alcance de tu acción respondiendo a preguntas como “¿qué hacemos para cumplir nuestro propósito?” y “¿cómo lo hacemos?”.

La Teoría del Cambio es una herramienta que ayuda a explicar qué hacer y qué recursos son necesarios para producir resultados que generen el impacto deseado. “¿Qué cambio queremos lograr?”, “¿dónde estamos hoy respecto a esta situación?”, y “¿qué tenemos que hacer para lograrlo?”.

El modelo de negocio es una descripción de cómo el emprendimiento generará el valor agregado deseado. Para diseñar el modelo de negocio de impacto, se recomienda utilizar la herramienta “Business Model Canvas B”, que ayuda a definir todas las áreas vitales para la ejecución de un emprendimiento sostenible. Se trata de una adaptación del “Business Model Canvas” de Alexander Ostelwalder, que se suele utilizar en los negocios tradicionales.

La diferencia es que propone empezar desde las 3P: problema, propósito, propuesta de valor y proyectar las métricas de impacto socioambientales deseadas.

El Canvas tradicional propone comenzar el diseño desde la segmentación de clientes y la propuesta de valor, es decir, desde afuera hacia adentro y por último hace foco en los recursos, los procesos y las operaciones que impactarán en nuestra comunidad y ambiente.

En resumen, estamos transitando desde un modelo de satisfacer deseos hacia uno que prioriza satisfacer necesidades, del individualismo a la interdependencia, y del yo al nosotros. La colaboración ocupa un lugar más relevante que la competencia y el modelo extractivo está dando paso a uno regenerativo. Esto implica moverse de organizaciones verticales y cerradas a organizaciones abiertas, horizontales y transparentes.

Si queremos que nuestros emprendimientos prosperen y generen un cambio real, estas recomendaciones nos guían, trabajando juntos para construir un mundo mejor. ¡El futuro será sostenible o no será!