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Dentro del margen de error
Foto: Claudio Bianchi / Pixabay
OPINIÓN | Dentro del margen de error

El escenario ‘tibio’ de partida: ventaja para el FA pero empata la coalición

Esperemos que las campañas que presenciemos rumbo a octubre logren despertar más interés, sobre todo en el votante de a pie.

Por Mariana Pomiés

05.07.2024 12:47

Lectura: 5'

2024-07-05T12:47:00-03:00
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Las elecciones internas del pasado domingo definieron, entre otras cosas, quienes serán los candidatos únicos de cada partido. Los votantes, que fueron pocos, determinaron que Yamandú Orsi sea el candidato del Frente Amplio, Álvaro Delgado del Partido Nacional y Andrés Ojeda del Partido Colorado. Otra novedad fue la habilitación de al menos 14 partidos para participar en los comicios nacionales de octubre.

Con la carrera hacia la primera vuelta en marcha, es importante considerar el punto de partida de los partidos —habilitados hasta la semana pasada— antes del domingo, previo a que se conocieran los candidatos definitivos. Ya en junio, sin candidatos definidos, 9 de cada 10 electores habían decidido su voto, dejando solo un 10% de indecisos.

De esta forma, el 45% de los uruguayos habilitados prefería a mediados de junio al Frente Amplio, el 33% al Partido Nacional, el 8% al Partido Colorado, 3% a Cabildo Abierto y el 1% al PI.

Un punto a tener en cuenta es que los resultados del domingo no deberían proyectarse a octubre. La historia breve de las internas ha mostrado en Uruguay que lo que sucede en esa instancia no es una proyección de lo que puede pasar en las elecciones nacionales que se celebraran unos meses después.

Los votantes de las internas son bastantes menos de los que terminan votando en octubre, cuando el voto es obligatorio. Y no se pueden proyectar porque, además de ser menos, son distintos al electorado que no vota. Los votantes de las internas son uruguayos más politizados, cercanos a los partidos y con bastante interés en la política. Esta conjunción reúne a un poco más de un tercio de los ciudadanos, según las encuestas, y terminó siendo una cifra muy similar a la participación en las recientes internas.

Hace cinco años, en las elecciones internas el FA había tenido unos 259.160 votos. En octubre del 2019, a los pocos meses, su votación casi llegó al millón. Por su parte, el Partido Nacional en las internas anteriores había tenido una muy buena votación, llegando a los 457.376 votos, pero en octubre creció menos que el Frente Amplio y solamente ganó 239.076 votos. El que menos creció —dentro de los partidos grandes— fue el Partido Colorado, ganando solo 115.358 votos entre junio y octubre (aunque porcentualmente el Partido Colorado crece más ya que de los tres era el que había tenido menos votos en junio).

Entonces, si bien la participación de junio no es un pronóstico de octubre, es un buen termómetro del estado de “ánimo político de los uruguayos” en pleno año electoral y a unos meses de tener que elegir presidente y también representantes parlamentarios.

En estos días, muchos políticos, periodistas y analistas han hablado del mal momento en el que cayeron las elecciones: en pleno invierno, a comienzos de las vacaciones de julio y en medio de contiendas futbolísticas muy atractivas. Todo lo mencionado es cierto, pero no sería la única explicación de esta baja votación.

No se puede evitar tener una mirada crítica de la propia campaña y el desempeño de los principales actores, los partidos políticos y los candidatos que disputaban cada una de las internas.

En general, pero sobre todo en algunos partidos, las campañas no parecen haber logrado motivar a los votantes, generando fervor, entusiasmo y movilización de las personas. En los días previos no se respiraba un clima electoral como el que estamos acostumbrados los uruguayos, las personas no parecían estar inquietas con las elecciones ni preocupadas por sus resultados. Uruguay es un país que vive, o vivía hasta ahora, con mucho fervor las campañas y en los días previos a votar solía respirarse un aire distinto, con mucha gente en las calles, en las puertas de los lugares públicos o en espacios abiertos repartiendo listas, agitando banderas, con los jingles a todo volumen.

En definitiva, la intención de voto de cara a octubre que se presentó al inicio es una “foto” de antes de la elección interna del pasado domingo, cuando aún no se conocía a los ganadores y la conformación de las fórmulas de los partidos. Las próximas encuestas recogerán una nueva intención de voto ya con nombres sobre la mesa, y allí se evaluarán también las decisiones que se tomaron, como por ejemplo las fórmulas ya propuestas.

Recién comienza esta segunda etapa del ciclo electoral donde aún es muy temprano para saber cuál finalmente será el resultado de octubre. Esperemos que las campañas que presenciemos logren despertar más interés, más pasión en los militantes, pero sobre todo en el votante de a pie, logrando convencer de que lo que se elige en octubre es importante, y que, suceda lo que suceda, tendrá impacto real en la vida de la gente. Nos queda ahora ser testigos de cómo se dará este proceso y de sus resultados.

Por Mariana Pomiés