El futuro de la reforma de la seguridad social aprobada por el gobierno saliente aparece por lo menos incierto para el caso de un triunfo de la fórmula presidencial del Frente Amplio en la segunda vuelta de las elecciones nacionales.

En las últimas semanas se produjeron una serie de declaraciones de parte de actores principales de la coalición de izquierda —y también del Pit-Cnt—, que ponen incertidumbre sobre la futura estructura que tendrá el sistema de seguridad social.

El candidato a ministro de Economía y Finanzas por el Frente Amplio, Gabriel Oddone, dijo que no está de acuerdo con la eliminación de las AFAP y descartó que eso vaya a ocurrir bajo un eventual gobierno liderado por Yamandú Orsi.

Oddone también se refirió al planteo de nacionalizar las AFAP que mencionó cinco días antes de las elecciones el jefe de campaña de Orsi, Alejandro Sánchez, e interpretó que fue “una expresión que no estaba ajustada” a lo que el dirigente quería decir.

El eventual ministro de Economía frentista también sostuvo que no podría definir de qué trata la propuesta escrita en las bases programáticas del Frente Amplio de establecer un pilar de ahorro individual “no lucrativo”.

“No entiendo muy bien lo que quiere decir nacionalizar las AFAP; tendría que estudiar lo que quiere decir la propuesta. Lo hablé con Alejandro Sánchez y creo que es una expresión que no estaba ajustada a lo que él mismo quería decir”, indicó Oddone.

Pero, por su lado, la candidata a la vicepresidencia, Carolina Cosse, ha señalado que las ideas de fondo “son las que están en el programa de Frente Amplio”.

En ese sentido, destacó que aunque no haya triunfado la propuesta de la central sindical, “hay una señal de una gran parte de la ciudadanía que expresa una preocupación por la reforma actual”.

Con referencia a las propuestas de la coalición de izquierda, recordó que en su programa se plantea volver a la edad de 60 años para la jubilación, “trabajar sobre pisos básicos en las pensiones y en las jubilaciones” y “que el crecimiento del país sea acompañado por el crecimiento de los salarios y, por lo tanto, por el crecimiento de las jubilaciones”, dijo Cosse. “Está clarito y eso es lo que va a hacer el FA cuando llegue el gobierno: llamar a un diálogo social”.

Mientras, el Pit-Cnt alberga esperanzas de que en caso de triunfar Orsi en la elección haya una revisión de la reforma jubilatoria aprobada, y que en ella se tomen en cuenta alguno de los lineamientos que estipulaba el plebiscito impulsado por la central obrera.

“Ha sido, en primer lugar, una señal positiva para nuestra democracia que en la campaña electoral haya ingresado desde la perspectiva de los trabajadores todo un debate sobre la cuestión de la seguridad social”, evaluó en una conferencia de prensa su presidente, Marcelo Abdala.

Destacó que algunas propuestas de la campaña hacia el balotaje tienen “puntos de contacto con la papeleta”.

“Eso es auspicioso, es positivo y mucho más aún si se generan las condiciones en el país de apuntar mediante el diálogo social a cambios importantes”, acotó.

Pero lo más seguro que se ha dicho hasta ahora fue por boca de Orsi, quien afirmó que en caso de ganar la segunda vuelta, el Frente Amplio llamará a un diálogo nacional del que participarían representantes de todo sistema político y las organizaciones sociales, para avanzar en el terreno legislativo para hacer “una reforma más justa”.

A nivel de la izquierda se entiende que durante la discusión parlamentaria se propusieron varias iniciativas que no fueron tomadas en cuenta y que tienen que ver con una carga diferente de la reforma, con dar más flexibilidad al tema de la edad mínima jubilatoria y con acelerar la convergencia al régimen general de los institutos de seguridad social aún independientes, como es el caso del Servicio de Pensiones Militares.

Así las cosas, de ganar la elección el Frente Amplio deberá optar entre ingresar en el largo y azaroso camino de realizar ajustes a la reforma ya aprobada, o dejar la que está vigente, con lo que se asegurará que las cuentas del Estado cerrarán y que podrá dedicar recursos a realizar todas las acciones que sus dirigentes quieren encarar para atender a los sectores más carenciados de la sociedad.