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Contenido creado por Paula Barquet
Innovación y otras yerbas
Foto: EFE/ Henry Chirinos/ARCHIVO
OPINIÓN | Innovación y otras yerbas

De la solidaridad internacional a la no injerencia extranjera: el cinismo sobre Venezuela

Hoy no importa dónde caen las ideas de Corina Machado en el espectro político: importa que fue proscripta, igual que Seregni y Jorge Batlle.

Por Fernando Brum

09.08.2024 12:35

Lectura: 4'

2024-08-09T12:35:00-03:00
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Obviamente esta columna no es sobre tecnología. Me salgo de la temática habitual para sumar mi voz a la de los venezolanos, los que sufren la dictadura en Venezuela y los que están acá, o en otras partes del mundo como exiliados o emigrantes.

Soy graduado en Ingeniería en la Universidad Simón Bolívar, en su momento una de las mejores universidades de América Latina, hoy triste sombra vacía de docentes.

Llegué a Caracas con un pasaporte de emergencia venezolano, luego de ser refugiado del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur). Conseguí trabajo rápidamente haciendo de todo un poco, como todos los inmigrantes. Un par de años después logré retomar los estudios, graduarme y volver al Uruguay en 1985, una vez caída la dictadura uruguaya.

Ya en las primeras semanas en Caracas tomé contacto con la Federación de Centros Universitarios (FCU) y fui invitado a hablar de la FEUU y de la situación de nuestro país. Lo mismo pasó en otros ámbitos. Wilson Ferreira y Rodney Arismendi visitaron Venezuela en esos años siendo recibidos por parlamentarios y diferentes sectores de la sociedad. Venezuela rompió relaciones diplomáticas con la dictadura uruguaya luego del secuestro de María Elena Quinteros —aún desaparecida— del jardín de la embajada venezolana en Montevideo.

Los recuerdos están todos impregnados de la solidaridad internacional; no solo los míos, los de todos los uruguayos que vivimos en el exterior durante los años duros.

Recurrimos a todos los ámbitos en busca de apoyo: gobiernos, el Centro Carter fundado en 1982, Amnistía Internacional, centrales sindicales, particos políticos.

La solidaridad fue muy amplia, sin exclusiones: no nos preguntaban a qué partido u organización pertenecíamos. Simplemente apoyaban la lucha por la democracia. Hoy no importa dónde caen las ideas de Corina Machado en el espectro político, importa que fue proscripta, igual que Líber Seregni y Jorge Batlle en 1984 (Wilson Ferreira y muchos más aún estaban presos el día de las elecciones).

Cuando salí de Uruguay era culpable de haber participado en manifestaciones, de haber pintado algún muro, de haber impreso y tirado volantes. Más o menos los mismos “crímenes” por los que miles de personas están presas en Venezuela hoy. Según Maduro, solamente en estos días han detenido a 2.229 personas.

Por todo eso me da mucha vergüenza la posición de la FEUU —hay declaraciones oficiales de hace algunos años y un profundo silencio en estos días. Me da mucha vergüenza la posición de los partidos de la izquierda uruguaya que llaman a la no injerencia y respaldan el fraude electoral de Maduro —fraude más que explicado y relatado en medios de todas las procedencias.

Hay partidos y organizaciones que llaman a la solidaridad internacional en algunos casos y a la no injerencia en asuntos extranjeros en otros. Ese nivel de oportunismo y cinismo es profundamente antidemocrático. Hay partidos y organizaciones que aceptan el fraude y los presos de Maduro habiendo denunciado y luchado contra la dictadura en Uruguay. No aprendieron nada en los años duros, no aprendieron que la democracia es un valor por encima de posiciones de derecha o de izquierda. Los millones de venezolanos que andan por el mundo no se pueden tapar o justificar en nombre de una pretendida “revolución bolivariana”.

Me sumo a la posición uruguaya, a la posición chilena, a las declaraciones del presidente Lacalle y a las del presidente Gabriel Boric, para citar solamente un par de ejemplos.

Viva Venezuela. ¡Viva la democracia!

Por Fernando Brum