Carolina Cosse renunció finalmente el pasado martes 9 de julio a su cargo como intendenta de Montevideo. Fiel a su estilo, la saliente jefa comunal y hoy candidata a la vicepresidencia por el Frente Amplio lo hizo en el marco de un acto político del cual participaron unas 300 personas, entre ellas, directores, mandos medios y funcionarios de su administración, y dirigentes del Frente Amplio.

El acto se desarrolló en uno de los emblemas de su gestión, el remozado Espacio Modelo, en el cual se invirtieron 2 millones de dólares para transformarlo en lo que se asegura es “el parque techado más grande del Uruguay”.

Cosse se va dejando atrás un resultado negativo de 439 millones de pesos en 2023 —adjudicado a medidas tomadas por el gobierno central— y un déficit acumulado de 17.000 millones de pesos, esto es, unos 425 millones de dólares.

Como era de esperarse, y ha sido costumbre de la intendenta, el mensaje oficial de su administración adjudicó el déficit comunal del año pasado a los “cambios significativos” que el gobierno nacional, introdujo en la manera de asignar los fondos a los gobiernos departamentales que, en el caso de Montevideo, se afirmó, significó una reducción del 20,6%.

También se atribuyó ese déficit a la “eliminación abrupta” de la tasa de inflamables, luego de las acciones judiciales emprendidas por el Poder Ejecutivo.

“Las políticas adoptadas por el gobierno nacional han favorecido a los sectores de más altos ingresos, acentuando las desigualdades económicas”, detalló el mensaje presupuestal de la comuna, que refleja fielmente el discurso que recurrentemente ha ensayado Cosse, quien insistentemente ha acusado al gobierno de no tener “rumbo”.

El informe también señaló, en coincidencia con la exintendenta, que desde 2019 “los ingresos del 10% más rico crecieron, mientras que el resto de la población se empobreció”.

Lo cierto es que Cosse se va de la Intendencia de Montevideo dejando atrás una gestión que ha tenido más sombras que luces, y que fue utilizada por la exjerarca para catapultarse a la Presidencia de la República. Pero en esta empresa no tuvo suerte, y deberá conformarse con ser la compañera de fórmula de Yamandú Orsi.

Muy lejos en el tiempo quedaron unas afirmaciones que realizó en enero de 2020, en las que aseguró que si era electa intendenta, habría de permanecer en el cargo hasta el término de su mandato. Como quien dice, larga en la promesa, corta en el cumplimiento.

Cosse también se va dejando como legado un serio problema con la basura —básicamente en los barrios de la periferia—, el cual no logró resolver. Es más, hasta se dio el lujo de quitar decenas de papeleras de los espacios públicos.

Y el debe es aún mayor: calles que se inundan cada vez que alguna lluvia torrencial cae sobre la capital, carencias de iluminación en numerosos barrios y centenares de árboles que hace años no reciben una poda.

Ni hablar del estado del pavimento de las calles de la ciudad. De acuerdo con un relevamiento realizado por la propia comuna y que dio a conocer El Observador en febrero pasado gracias a un pedido de derecho a la información, seis de cada diez kilómetros de calles en la ciudad presentan un estado “malo” o “regular”.

En cambio, la gestión de Cosse sí será recordada por las ciclovías que hizo en la ciudad. Las más notorias, pero no menos polémicas, la instalada por el medio de 18 de Julio y la de la Rambla. Ambas no hicieron otra cosa que reducir el espacio por el cual circulan los autos y provocar molestos embotellamientos, tanto de mañana como al atardecer.

Las quejas de los montevideanos por estas obras fueron olímpicamente desoídas pese a la gran recaudación de la comuna por concepto de patentes de rodados. Contra viento y marea, Cosse siguió adelante con ellas.

Esta no es la primera vez Cosse se vale del aparato estatal para cimentar su carrera política. Como tantos otros, antes y después que ella, Cosse fue presidenta de Antel solo para buscar catapultar su carrera política. Desde allí no dudó en gastar la friolera de casi 140 millones de dólares en un complejo que luego cedió a un privado para su explotación y que ahora resulta carísimo para cada actividad que se intenta desarrollar en él.

Pero en la memoria de los uruguayos sin duda quedará cuando en junio de 2023 y ante la crisis del agua, Cosse no dudó en mostrarse visiblemente emocionada por un informe de la Facultad de Medicina sobre los presuntos efectos que tendría en los fetos de las embarazadas el consumo de agua con mayores niveles salinos que los habituales.

El asunto fue que, poco después, la misma Facultad relativizó el informe, dando por tierra con la puesta en escena de la jefa comunal.

La historia también dirá que la gestión municipal de Cosse se caracterizó por buscar el enfrentamiento con el gobierno del nacionalista Luis Lacalle Pou, lo que ocurrió en incontable número de veces.

Los montevideanos esperábamos que alguien que es ingeniera de profesión le imprimiese una impronta diferente a su gestión y que sus obras, y no otra cosa, hablaran por ella. Pero de esto último, muy poco o casi nada quedó para el futuro.