Los instrumentos de promoción existentes se pueden resumir en las siguientes categorías: capital semilla para proyectos y estudios de viabilidad, apoyo a proyectos innovadores, fondos sectoriales, préstamos, algo de promoción de la innovación abierta, y algunos intentos de coinversión. El sector de TI, y en menor medida los sectores de agro y de biotecnología, han utilizado estos instrumentos con muy buenos resultados, pero hay espacio y experiencia para desarrollar nuevos instrumentos y dar un nuevo impulso a algunos de los existentes.

Existen tres grandes “tareas” pendientes:

·         Innovación en el Estado

·         Innovación en empresas fuera de los sectores mencionados

·         Incrementar fuertemente la inversión privada en proyectos y empresas innovadoras.

El instrumento adecuado para dar un salto en la innovación en el Estado es el de la Innovación Abierta. Vale decir, apuntar a que el ecosistema innovador haga un gran aporte para la solución de los problemas. No se trata de “inventar” un grupo de innovación o de I+D en cada repartición, sino de desarrollar alianzas con las empresas e institutos innovadores aprovechando la experiencia acumulada.

El gran desafío no son las inversiones, ya que se recuperan resolviendo los problemas. El gran desafío es el liderazgo necesario dentro de las organizaciones del Estado para aplicar esta política.

La Innovación Abierta es también el instrumento adecuado en el caso de las empresas privadas que en la actualidad no están innovando. Mecanismos de coinversión público/privado deben complementarse con acciones específicas de promoción de este tipo de alianzas. Sí, la innovación también requiere marketing, y es importante “vender” activamente este tipo de soluciones en los sectores que no están innovando. Hay muchos ejemplos exitosos en el sector privado que pueden ayudar en la promoción.

Por supuesto es necesario incrementar la inversión pública, pero esto no alcanza para dar un salto. Es necesario crear los incentivos para que la inversión privada se incremente en startups, empresas e iniciativas innovadoras. Hay dos camios complementarios: el primero es revisar a fondo y armonizar los incentivos tributarios a los proyectos de empresas que incluyen innovación. Es necesario analizar los impactos que se han logrado y elaborar un conjunto de incentivos coherentes y claro, con objetivos medibles y revisiones periódicas que permitan ajustes a medida que se produzcan cambios en la realidad.

El segundo es implementar un sistema de incentivos a la inversión privada, sean individuos, fondos o empresas. La exoneración del IRAE a las startups innovadoras es un incentivo irrelevante, porque en general las nuevas empresas atraviesan largos períodos sin lograr ganancias. Los incentivos deben apuntar a los inversores y no a los proyectos o empresas.

En eventos internacionales en los que coincidimos con los Ing. Sara Goldberg y Marcel Mordezki, hemos observado que varios países (Chile, UK, Singapur), están impulsando nuevos mecanismos (que Mordezki llama “de segunda generación”). El más exitoso y que ha sido adoptado por varios países es el del Reino Unido. En particular, el “Seed Enterprise Investment Scheme” (SEIS).

El SEIS es un esquema de inversión de capital de riesgo que ofrece alivios fiscales a inversores individuales que compran nuevas acciones en una empresa. Este esquema ayuda a las empresas a recaudar dinero cuando están comenzando a operar. Desde la perspectiva del inversor, el SEIS ofrece una oportunidad para invertir en empresas emergentes y recibir alivios fiscales a cambio. Desde la perspectiva de la startup, el SEIS es una forma de recaudar fondos y atraer inversores individuales. Las empresas beneficiarias deben seguir las reglas del esquema durante al menos 3 años después de la inversión para que los inversores puedan reclamar y mantener los alivios fiscales del SEIS relacionados con sus acciones.

Un instrumento de este tipo, obviamente adaptado a las características de Uruguay, puede ser una de las claves para lograr incrementar la inversión privada nacional.

En resumen, tres puntos clave y uno adicional:

·         Pisar el acelerador en la promoción de la Innovación Abierta, en el Estado y en el sector privado

·         Revisar y armonizar los incentivos fiscales existentes

·         Crear un instrumento de “segunda generación” para incentivar la inversión privada.

Además, aunque ha quedado fuera del contenido de esta columna, es importante continuar y redoblar los esfuerzos de atracción de inversión extranjera directa y de atracción de talento.

Como en todas las columnas dedicadas a políticas públicas, insisto en que los caminos no son fáciles ni simples. El liderazgo y la determinación son fundamentales.