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Contenido creado por Paula Barquet
El dedo en la llaga
Dante Férnandez / FocoUy
OPINIÓN | El dedo en la llaga

A días de las elecciones, un paro general del Pit-Cnt cargado de intencionalidad política

Los dirigentes ya no se cuidan de mostrar sus simpatías políticas y los sindicatos hoy son totalmente subsidiarios del Frente Amplio.

Por Álvaro Giz

18.10.2024 14:00

Lectura: 5'

2024-10-18T14:00:00-03:00
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No se trata de nada nuevo bajo el sol. Pero no por eso debe dejar de asombrar que a menos de dos semanas de la realización de la primera vuelta de las elecciones nacionales la central de trabajadores, el Pit-Cnt, haya decidido realizar un paro general parcial de actividades y que uno de sus sindicatos más importantes, la Federación Nacional de Profesores, extendiera la medida por el término de 48 horas.

Este sindicato justificó el paro en su rechazo a la llamada transformación educativa, en lo que considera un “recorte” del gasto y de los grupos liceales, y en reclamo por cambios en las negociaciones con Secundaria.

Los profesores de secundaria también ocuparon ocho centros educativos de Montevideo ante la eventualidad de que no quedara claro que están en contra de todo lo que han impulsado las autoridades educativas.

En la evaluación de estos dirigentes poco importa que los salarios docentes hayan crecido 3,3% en términos reales en el último año y que estén 2,4% por encima de su nivel pre pandemia (agosto de 2019), según datos dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística.

Además, en respaldo de los profesores, algunos gremios estudiantiles también se sumaron a la paralización, lo cual no debe extrañar ya que estas organizaciones han sido copadas por jóvenes con notorios lazos con la izquierda.

Como era de esperarse, desde la coalición republicana surgieron fuertes críticas, tanto para el Pit-Cnt como para la paralización docente.

Desde Melo, el presidente Lacalle se preguntó en rueda de prensa qué se logra con “dejar a chiquilines sin dos días de clase por un paro político-ideológico”.

En tanto, el senador por el Partido Nacional, Jorge Gandini, sostuvo que, como lo definieron los dirigentes, no hay dudas de que se trata de un paro político. “Un paro, 10 días antes de las elecciones, es un paro político electoral”, declaró.

“Es un paro que busca distorsionar el ambiente pacífico que tiene esta campaña, agregando irritación”, dijo Gandini y agregó: “Están muy enojados porque les sacamos un pedazo de poder, ya no mandan, ahora mandan los que el pueblo eligió”.

Su colega nacionalista, Javier García, realizó una publicación en su cuenta de X y dijo que el paro en la educación “es contra los gurises y sus familias”.

“Lo hacen oligarquías político-sindicales. Mañana se suma el Pit-Cnt. A 12 días de la elección, es un paro electoral. El 27 de octubre está en juego seguir para adelante o retroceder al país del Pit-Cnt y estas oligarquías sindicales en el poder de la educación”, afirmó.

La actitud confrontativa de los sindicatos con el gobierno de Luis Lacalle Pou se desató desde sus inicios y llegó a tal punto que a setiembre de 2021 ya habían realizado tres paros generales mientras el país hacía esfuerzos por salir de la pandemia, durante la cual también se dieron el lujo de convocar a una caceroleada.

Es más, el presidente de la central, el dirigente comunista Marcelo Abdala, llegó a declarar al portal del Pit-Cnt que el gobierno “fracasó” en el manejo de la pandemia, que no supo escuchar a la ciencia, ni tomó en consideración recomendaciones del GACH como tampoco adoptó medidas “elementales” que le propuso el movimiento sindical para atender a vastos sectores de la población que según él se habían visto fuertemente afectados por la pandemia.

Y poco después, sin que a nadie se le moviera un pelo, el entonces presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, de buenas a primeras pasó a desempeñarse como presidente del Frente Amplio.

También por esa época vino la campaña de la central y del Frente Amplio contra la Ley de Urgente Consideración (LUC), la cual, sometida a plebiscito, finalmente resultó ratificada por la población, provocando un duro revés para ambas organizaciones.

Ahora la central y parte de la izquierda se han planteado como desafío derogar la reforma de la seguridad social aprobada por este gobierno, a pesar de que dentro del Frente Amplio hay una fuerte oposición a esta iniciativa.

Unos 20 años atrás en la central sindical aún se cuidaban las formas y se trataba de mostrarla separada de los partidos políticos de izquierda. Muchos dirigentes negaban enfáticamente que los sindicatos fueran una “polea de transmisión” de esas colectividades, fundamentalmente los de mayor presencia en la central sindical: los partidos Comunista y Socialista y los sectores más radicales.

Aunque siempre hubo una abrumadora presencia de izquierdistas en el manejo de los gremios, se puede decir que había cierto pudor de parte de los sindicalistas de mostrar abiertamente su filiación política.

Pero ahora todo cambió. Definitivamente se cayeron las caretas y vale todo con tal de darle batalla al gobierno de turno, fundamentalmente si no es de izquierda. Y más aún en estas semanas pre-electorales.

El Pit-Cnt debería mirar hacia la vereda de enfrente y tomar en consideración el desprestigio en el que han caído las organizaciones sindicales argentinas, que durante décadas han sido el brazo combativo del peronismo.

De seguir así, su imagen se socavará y los sindicatos tendrán cada vez menos credibilidad entre los trabajadores en particular, y de la población en general.

Por Álvaro Giz