Zeitgeist

Hay buenas razones para pensar que el domingo pasado las internas transcurrieron bajo un doble espíritu, renovador y conservador a la vez.

Los anuncios realizados por Tabaré Vázquez apenas conocidos los resultados constituyeron la primera respuesta del oficialismo a la irrupción de Lacalle Pou como principal rival en los comicios de octubre. Vázquez sorprendió incluso a sus allegados con diez medidas de gobierno que lo colocan como un candidato más de centro que de izquierda. De hecho, podrían ser suscriptas por sus competidores, salvo que ellos no integran el gobierno.

El ex presidente deberá enfrentar al menos tres desafíos: la dinámica disruptiva que genera la candidatura de Lacalle Pou, la demanda de renovación expresada por los propios frenteamplistas y el peso de ser el candidato oficialista.

Cuando Vázquez lanza propuestas que implementaría en marzo del 2015, olvida que su partido están hoy mismo en el gobierno. Llegado el caso, sus rivales le reprocharán con razón que no intente instrumentarlas ahora, con diez meses de gestión de la administración Mujica por delante y votos suficientes en el Parlamento.

En caso de ganar, Vázquez deberá negociar mayorías con la oposición y al mismo tiempo, satisfacer la demanda de "profundizar los cambios" de los sectores frentistas más alejados del centro, lo que constituye un desafío inédito para la izquierda.

Pero antes deberá derrotar a un rival al que no podrá tratar como a Larrañaga. La ventaja de la experiencia y la edad se convierte en una carga: Vázquez no podrá burlarse ni tratar con desprecio a un adversario que tiene la edad de sus hijos. Por eso, cuando Lacalle Pou anuncia que continuará con su campaña "por la positiva", convierte en fortaleza sus presuntas debilidades. Al decir de Roger Fischer, utiliza su juventud como un escudo y como una espada: se muestra como un candidato propositivo e innovador, se pone a resguardo de los ataques personales y optimiza sus posibilidades de alcanzar acuerdos extra partidarios.

Lacalle Pou parece representar mejor que sus competidores blancos y colorados ese mix conservador y renovador que busca el electorado de centro, y del cual Vázquez no está tan lejos. Queda por ver si la mayoría entiende que es hora de cambiar el elenco de gobierno o si se detiene un paso antes. Es decir, si es el joven retador nacionalista o el veterano ex presidente quien mejor expresa el espíritu de los tiempos.