Una parte de Venezuela eligió una asamblea constituyente en contra de la otra. No hay país que pueda sobrevivir a ese nivel de fractura y de incapacidad absoluta de contacto entre las partes. ¿Importa a cuántos representa cada uno? Lo claro es que la oposición es mayoritaria y lo demuestran las últimas elecciones legislativas con control y sistema electoral transparente.
¿De quién es la responsabilidad de establecer vías de contacto y diálogo? Obviamente que del poder, del gobierno. Y Nicolás Maduro hace exactamente lo contrario.
El objetivo es absolutamente claro, es transparente, avanzar hacia el partido único y el régimen único.
Con más de 100 muertos (15 en la última jornada electoral), con un creciente aislamiento internacional, con una situación económica y social gravísima y su aparato productivo, incluyendo la producción y la refinación del petróleo, en grave crisis, el régimen de Caracas se encamina hacia su objetivo: implantar el poder único y el partido único, la última fase de una dictadura sangrienta, porque la gente no soporta más esta situación.
¿Cómo reacciona el Uruguay, su gobierno?
Varios integrantes del gobierno uruguayo y del Frente Amplio se han referido a Venezuela en estos términos: "es una tragedia". Esta definición no agrega nada, es como decir que está al norte de Uruguay. Todos, absolutamente todos los días, sin interrupción, la realidad en Venezuela - cubierta con gran parcialidad por los medios de comunicación - es una tragedia en muchos actos.
Comprobar que es una tragedia para millones, para la mayoría de los venezolanos que viven en su país o han emigrado, es básico, es elemental. Una tragedia económica y social, con más del 70% largo por debajo de la línea de pobreza, con cada día problemas más graves de abastecimiento básico, alimentación, insumos médicos, medicinas, artículos de limpieza, vestimenta, libros. La destrucción del aparato productivo en la última década es devastadora. Y es el resultado del modelo que comenzó cuando el barril de petróleo estaba en más de 100 dólares y se puso al descubierto en toda su gravedad con la caída del casi único elemento de exportación y de riqueza de Venezuela: el petróleo.
El principal comprador de crudo de Venezuela son los Estados Unidos, donde una subsidiaria de PDVESA dispone de una gigantesca cadena de estaciones de servicio, pero paradójicamente EE.UU. es el principal proveedor de gasolinas refinadas, es decir, de combustible. La tragedia también alcanzó toda la estructura de refinación de petróleo por la paralización de las inversiones.
Los indicadores sociales se ubican hoy peor que antes de asumir el gobierno Hugo Chávez, y se duplicó en relación al mejor registro alcanzado durante el gobierno de Chávez. Todo se desbarrancó en los últimos 4 años.
Venezuela es una tragedia desde el punto de vista institucional y constitucional. Y nos referimos a violar la constitución bolivariana propuesta por Hugo Chávez y aprobada por un plebiscito convocado por su gobierno. Maduro desconoce la Asamblea Nacional, con mayoría opositora y elegida hace dos años de manera limpia y democrática, mientras Maduro era presidente. El poder ejecutivo quiere desconocer y destituir a la Fiscal Nacional, Luisa Ortega, y a toda la fiscalía. Además convoca de manera unilateral e inconstitucional a una Asamblea Constituyente.
Venezuela es una tragedia por la represión feroz contra los manifestantes, con más de cien muertos en 100 días de demostraciones opositoras de cientos de miles de personas. No hay muchos antecedentes en el mundo de un pueblo, de un país que mantenga este nivel de movilización ciudadana. Millones participaron en el plebiscito no oficial contra el gobierno.
Venezuela es una tragedia por su nivel de corrupción. No hay antecedentes en ese país, que tiene una larga trayectoria de corrupción, pero que nunca alcanzó a esos niveles de saqueo de las finanzas públicas de parte de civiles y militares. Los testimonios de esa corrupción en la propia Venezuela, en Panamá, en Miami son ampliamente conocidos y demoledores.
Algunos dirigentes del FA que quieren equiparar a Venezuela con Cuba, aún en las diferencias históricas y políticas, este es un esfuerzo miserable por igualar a todos en el barro. Cuba nunca se definió por la corrupción que tiene desde hace mucho Venezuela. Pequeña diferencia.
El uso y el abuso del dinero, la corrupción más desenfrenada, han sido y sigue siendo un cáncer que ha infectado a gobiernos, sectores de la izquierda de América Latina y medios de prensa y lo peor, lo más grave es que ha infectado ideológicamente y moralmente a la izquierda latinoamericana. El despilfarro de dinero iniciado durante el gobierno de Chávez y continuado, por parte de Maduro, es una gangrena que pudre todo lo que toca.
Hay posiciones, votaciones y defensas del gobierno de Maduro que solo se logran explicar si hay mucho, mucho compromiso y no de ideas sino de plata, mucha plata. Así sucede con varios gobiernos en el Caribe, con Nicaragua y El Salvador y en varios países de América Latina. ¿En Uruguay? No tengo elementos para opinar, espero el pronunciamiento de la justicia, con gran paciencia.
Una situación es claramente demostrable: la política petrolera y en otros frentes, la importación de bienes desde Uruguay, fueron un elemento clave en el clima de la gestión en ANCAP. Sin ese sistema de compra y pago diferido de crudo de PDVESA con ANCAP ¿Alguien puede creer que se hubiera llegado al desmadre de las inversiones, de los gastos, etc., etc.? No, la tragedia de Venezuela impactó como un tren en nuestra moral, en nuestra liviandad en manejar recursos públicos, hasta en el clima cultural del descontrol.
La inmoralidad y la corrupción en el uso de los recursos públicos por parte de alguien que se dice de izquierda necesita de un discurso, una justificación, hay que creer que se está robando "para la corona" o para la revolución. No se roba simplemente, se justifica se le da "valores superiores", es un aporte a la causa. Pero hay millones de ejemplos, de personajes y organizaciones que comenzaron robando para "la corona", y luego lo distribuyeron a nivel personal y corrompieron a los dirigentes. Empezaron mal y terminaron peor.
Si hay un foco en toda América Latina que difunde esa "luz revolucionaria" abominable, esa es la tragedia de Venezuela.
Esos ríos de dinero mal habidos ¿Cuánto influyen en algunas de las actuales posiciones? No tengo la menor duda de que la dinastía reaccionaria y corrupta de Daniel Ortega y sus secuaces que durante 4 años mantuvo de embajador en Uruguay nada menos que al hijo de Liccio Gelli, el fascista de la Logia P2, el dinero es la clave de toda su solidaridad con Caracas. ¿Solo funciona en Nicaragua?
Estoy seguro de que en muchos países y organizaciones de la región (Caribe y América Latina) y es posible que en otras latitudes, la caída del gobierno de Maduro, o un cambio en serio en Venezuela por la vía democrática, los pone a todos muy nerviosos.
El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y unas cuantas instituciones bancarias, financieras y gubernamentales de Venezuela dispone de amplios archivos que son una tragedia. Ya dieron una pequeña demostración filtrando un correo electrónico a un portal argentino. ¿Lo recuerdan? Esa es otra tragedia, porque el nivel del barro puede ser devastador. Ellos manejan los tiempos y los enemigos a quien golpear y chantajear.
Venezuela es una tragedia, pero más trágico es que se pretenda que esta tragedia se eternice sobre la piel, el sufrimiento, la desgracia de millones y millones de personas. Es una tragedia que a esta altura por el número de sus muertos, por su corrupción y su vergüenza es peor que Bordaberry y su dictadura cívico militar, un golpe de estado que se dio desde su investidura de presidente electo democráticamente. ¿Eso lo hizo menos feroz, menos antidemocrático?
Lo que mereció resistencia, lucha, el sacrificio, la denuncia de la gran mayoría del pueblo uruguayo y sus organizaciones, en particular sus organizaciones de izquierda, 44 años después es justificado y defendido por partidos, sindicatos y personalidades de la izquierda uruguaya. Otros se callan y con adjetivos genéricos y sin contenido y se lavan las manos y de hecho son funcionales a Maduro y su dictadura en pleno desbarranque.
Maduro es también una tragedia porque lo que vendrá después será inexorablemente la derecha que lidera por lejos la reacción y el amplio movimiento contra el régimen y, los que hoy defienden la tragedia, encontrarán un justificativo para sus traiciones a los valores básicos de la izquierda. No solo habremos perdido otra batalla política y moral, sino que habremos entregado girones de la bandera de la democracia y la defensa de los derechos humanos.
Hay actitudes que la historia no perdona, la solidaridad o la connivencia con los dictadores es una de ellas. Aunque le inventen todas las excusas, Venezuela es una tragedia para los venezolanos, y eso ya nos debería alcanzar y sobrar para reclamar a gritos y sin medias tintas por la democracia y los derechos humanos.
"Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos" Martin Luther King.
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