Con fría premeditación
En la reunión del Grupo de Río en República Dominicana hubo un desenlace de la crisis que nadie esperaba, ni los más optimistas ni los más pesimistas. Nadie. ¿Qué alcance tiene y qué valor tienen esos acuerdos alcanzados este fin de semana?
Tiene alcances muy positivos. Se retiran las tropas de las fronteras, se comienzan a restablecer las relaciones diplomáticas y avanzamos por la senda de la negociación entre los países vecinos. Eso es sin duda muy positivo y no hay muchas regiones en el planeta que muestren resultados tan espectaculares y tan rápidos y oportunos. Jugaron muchas cosas: la historia, algunos buenos consejos y análisis de otros presidentes de la región y también las personalidades volcánicas, que pueden darnos siempre una sorpresa.
¿Hay ganadores y hay perdedores? En teoría no, pero no hay duda que los que apostaban a una zona de tensión permanente entre los países andinos, perdieron. Y esto vale para los países externos a la región como las fuerzas dentro de cada uno de los países involucrados. Los ganadores son mucho más complejos y variados. La gran ganadora es la región en su conjunto, es el sistema de negociaciones y contactos que por encima de las lentitudes geológicas de los organismos internacionales, al que el cara a cara de los presidentes dio un paso muy importante. Es cierto lo que dijo nuestro vicepresidente Rodolfo Nin Novoa de regreso de la cumbre, si en todo el mundo se resolvieran los conflictos de esta manera, viviríamos en un mundo mucho mejor. Apoyado.
Es un primer paso, pero quedan pendientes muchas cosas que deben analizarse, de lo contrario con un suave manto tratamos de cubrir una zona explosiva. Y se sabe, la realidad es empecinada.
El presidente de Colombia Alvaro Uribe tiene cara y gestos de persona inteligente. Tiene mirada de águila, no da un paso sin pensarlo una y mil veces. Declara con la precisión de un bisturí. Está acostumbrado, vive y ha sobrevivido en una tierra donde siempre se está al borde de todo. Yo respetó a todos las nacionalidades latinoamericanas pero confieso que tengo una debilidad por las colombianas y colombianos. Conocí a muchos y son inteligentes, emprendedores y como decía un amigo puertorriqueño que se crió en Harlem: donde resbala un gato no se cae un colombiano. Así que también por eso no creo en los resbalones, creo en la premeditación más fría. Helada.
Así fue la acción en la que las fuerzas armadas de Colombia penetraron en territorio ecuatoriano y asesinaron a 17 guerrilleros y entre ellos al segundo al mando y vocero de las FARC, Raúl Reyes. Todos los detalles del ataque aéreo, combinado con helicópteros y el posterior desembarco de comandos colombianos no dejan muchas dudas. Los guerrilleros fueron sorprendidos mientras dormían y la violación del territorio de Ecuador es flagrante. La propia foto del cadáver de Reyes vestido con ropa interior y mostrada por el ejercito colombiano lo confirma. Y esto sucedió y nadie puede cambiarlo.
Esta incursión fue perfectamente planificada, se conocían las coordenadas del campamento y la ubicación de Reyes y se eligió el momento preciso del ataque. ¿Por qué ahora? ¿Por qué a Reyes? ¿Por qué arriesgar tanto a nivel diplomático regional e internacional? Una decisión de esta gravedad e importancia no la adoptaron los mandos policiales o militares de Colombia. Sobre estos temas no se mueve una hoja sin que Uribe decida. Y fue el presidente el que decidió el ataque. ¿Por qué?
No desahoguemos broncas y prejuicios. Analicemos. Uribe ya no controlaba la crisis de los rehenes, en ese proceso había muchas manos: las de los gobiernos de Venezuela, de Ecuador, de Francia y ahora hasta de Suiza. Las liberaciones que se habían producido en ningún caso supusieron un impacto positivo para el gobierno colombiano. El gran ganador de ese proceso era el presidente Hugo Chávez y una estrategia negociadora para encontrar una salida al tema de los rehenes y más en general al conflicto colombiano que lleva casi medio siglo.
Francia estaba negociando directamente con Reyes la liberación de Ingrid Betancourt. Si se hubiera producido la liberación de la franco-colombiana con idéntica modalidad que en las otras dos tandas de liberaciones, con pasaje previo por Caracas de la ex candidata presidencial por el partido Verde Oxígeno, la alternativa de un camino negociado con las FARC se hubiera fortalecido notoriamente. Y Uribe no quiere ese camino negociado, ha dado muestras muy claras y ese es el camino que impulsan los presidentes Chávez y Correa.
No lo quiere Uribe ni la totalidad de los mandos de las Fuerzas Armadas, ni una parte fundamental de los sectores dominantes de Colombia que viven y crecen en medio de la guerra. La guerra es su hábitat político, económico y cultural natural. Y no lo quiere el gobierno Bush.
Para detectar la localización de Reyes se utilizaron los mismos mecanismos técnicos y de inteligencia que en otros casos sonados utilizaron los Estados Unidos y sus agencias. Colombia no dispone de esos medios. Incluso lo reconocieron de inmediato. Lo que no reconocieron pero es altamente probable es que las bombas inteligentes utilizadas sean también norteamericanas. Fue una operación conjunta de Estados Unidos y Colombia. Cada uno con sus propios intereses.
Estados Unidos – la administración Bush y los grupos dominantes – necesitan la actual posición de Colombia en la región. También ellos necesitan del Plan Colombia, que por otro lado no tiene asegurada su supervivencia con las nuevas autoridades que se perfilan para la Casa Blanca a partir del año próximo. La crisis era oportuna, necesaria y urgente tanto para Bogotá como para la administración Bush. Y actuaron. Con premeditación.
Los aviones colombianos (¿colombianos?) que arrojaron 4 bombas inteligentes con enorme precisión provenían del sur por lo tanto las aeronaves penetraron no menos de diez kilómetros en territorio ecuatoriano. Los helicópteros que transportaron las tropas de elite también sabían perfectamente que estaban violando el territorio de una nación soberana y que no había ningún justificativo legal ni bélico.
El objetivo fundamental de Uribe era y sigue siendo torpedear el proceso de canje aún poniendo en riesgo las relaciones diplomáticas y económicas con los dos países vecinos. No olvidemos que Uribe quiere ser reelegido por tercera vez, para eso es necesaria una reforma de la constitución y lo que hay que reconocerle a Uribe es que en materia de imagen y apoyo ciudadano ha logrado resultados sorprendentes. Y esta nueva aventura, más las reacciones militares y diplomáticas de sus vecinos, ayudarán a consolidar su bloque interno.
El Presidente Bush no sólo dio su inmediato apoyo al gobierno de Colombia, sino que solicitó la rápida aprobación por el senado norteamericano del TLC con Colombia, declarándolo un tema de interés comercial, pero sobre todo de seguridad nacional. Y todos sabemos que vientos soplan cuando truena esa palabra en los Estados Unidos.
Desde el Palacio de Nariño deben estar encomendándose a todos los santos para que las FARC adopten represalias contra los prisioneros y en especial contra Ingrid Bentancour. Ese sería su peor error y el gran triunfo de Uribe. Las FARC en sus primeras reacciones han mantenido abiertas las puertas de la negociación. Olieron la trampa.
Escribí — no me arrepiento— que los rehenes utilizados como moneda de canje son además de un grave error político de las FARC un grave atentado a los derechos humanos y a un mínimo sentido de humanidad. Ingrid Bentacour no está prisionera por sus acciones o sus posiciones, sino solamente porque es valiosa para el canje. Totalmente diferente a los prisioneros de guerra, policías y militares.
En este drama que amenaza con extenderse e incendiar una vasta zona, muy pero muy armada – no olvidemos que Colombia por obvias razones tiene poderosas fuerzas armadas, aunque fundamentalmente estructuradas para la lucha antiguerrilla y que Venezuela ha reforzado el poderío y el equipamiento de las propias – hay muchas manos en el plato haciendo mucho garabato. Y muchas son manos externas.
Estados Unidos quiere tensión y necesita el Plan Colombia, Uribe y su sustento cívico militar quiere una sola alternativa: la derrota total de la guerrilla que nació hace 42 años, Venezuela y Ecuador tienen una especial animosidad hacia Uribe y sobre todo Chávez quiere conseguir el status de grupo beligerante para las FARC, las FARC han salido de una existencia vegetativa y se han colocado en el centro del escenario regional e internacional. El resto de América Latina ve que los esfuerzos de integración corren un serio riesgo. Ahora, estamos en la etapa de preservar la paz y restablecer las relaciones diplomáticas.
El gobierno colombiano —a pesar de supuestas pruebas y documentos hallados en la computadora del líder guerrillero— ha sido condenado por su incursión en territorio ecuatoriano de manera más o menos enérgica por la gran mayoría de los países. Es que las cancillerías de la región y de Europa saben que los campamentos guerrilleros de ambos lados de las fronteras ni son una novedad, ni pueden justificar una incursión militar de ese tipo. Además los diplomáticos son poco afectos a creer en casualidades. Y el asesinato en este momento del jefe de las FARC Raúl Reyes es difícil de considerarlo una casualidad. Washington es el único gobierno que apoya a Uribe y no precisamente por casualidad.
Cualquiera que considere que luego de los excelentes resultados de la reunión de Santo Domingo podemos desentendernos de ese polvorín, se equivoca profundamente. Ese conflicto y todas sus implicancias está metido como una cuña en todas nuestras relaciones regionales y por lo tanto nacionales.
(1) Hay otro aspecto al que no se le ha prestado la suficiente atención. Las fotos del campamento atacado por Colombia. Se pueden ver en:
http://www.hoy.com.ec/temas/temas2008/
conflictofrontera/fotosconflicto.htm
Una de ellas es la que publicamos en esta nota y muestran claramente que se trataba de instalaciones muy precarias, para nada sofisticadas, del tipo tradicional de las fuerzas insurgentes en permanente movimiento. Esto tampoco ayuda en nada a la versión y a la campaña del gobierno de Colombia. Basta buscar en Internet y se podrá apreciar que en los campamentos principales de las FARC dentro de Colombia existen instalaciones militares y logísticas fijas muy importantes y permanentes de los guerrilleros y desde hace muchos años.