Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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Un taxi llamado deseo

Un taxi llamado deseo

17.08.2010

Lectura: 4'

2010-08-17T14:10:27-03:00
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Desde que Tenessee Williams escribió su obra muchos tranvías han pasado sobre las vías y muchas pasiones humanas han sacudido la literatura. En el Uruguay actual hay tantos temas políticos para escribir que sólo tenemos la duda de la elección: los escándalos de la Armada y la duda de quién prendió la mecha y dónde terminará la terrible explosión militar; quién se descuidó y permitió que los Peirano volvieran a lucir sus inmaculado apellido; si Phillips Morris envenena en forma ligera o ultra ligera; si a los 18 años hay que borrar todos los prontuarios o dejar un vago recuerdo.
  
Y podríamos seguir. Como a los uruguayos nos encanta el pasado ahora es posible que se reabra una polémica sobre el calibre y las características de la bala que disparó José Batlle y Ordóñez en el duelo en el que mató a Washington Beltrán, o los motivos de las investigaciones históricas de Álvaro Rico y su equipo sobre los comunistas durante la dictadura. Y la lista sería interminable. Yo voy a ocuparme de una cosa nimia: de los taxis de Montevideo.

El otro día escuché una buena noticia por la radio: la Intendencia de Montevideo le entregará una chapa de taxi a la esposa de un taxista asesinado. Es una forma de compensación por la pérdida de la fuente de sustentación de la familia. Y me enteré del valor aproximado de ese apoyo: entre 80 y 100 mil dólares.

Hoy tuve que tomar un taxi. Me senté en la parte delantera, porque atrás es prácticamente imposible. No soy ningún gigante, mido un metro ochenta. El pobre chofer era como yo, con la diferencia que para mí el suplicio duró exactamente once minutos y él trabaja doce horas diarias embutido en un espacio imposible. En esta época hace frío, pero en verano ese espacio reducido, viajando como un embudito, con una temperatura de infierno, debe ser un trabajo altamente insalubre.

Los pasajeros de taxis de Montevideo, la inmensa mayoría de ellos, viajamos en condiciones insalubres y los choferes también. Y no hay ninguna, absolutamente ninguna razón para ello. No hay ninguna justificación para que los modelos de coches que se emplean para ser coches con taxímetros en Montevideo sean pequeños vehículos que con las mamparas impidan prácticamente entrar, ni que hablar viajar con un mínimo de comodidad, manejar y asegurar una correcta posición de la columna y el cuerpo del trabajador. Es injustificable.

Es un servicio público y la IMM debe, está obligada a garantizar las mínimas condiciones de habitabilidad y de comodidad. Y si una chapa de taxi cuesta entre 80 y 100 mil dólares, en los próximos 2 años todos los coches podrían perfectamente cambiarse por modelos de coches que aseguren esas condiciones imprescindibles para el trabajo y para el transporte de los pasajeros. De lo contrario todos tenemos el derecho a pensar lo peor de lo peor. Es decir las varias versiones que me han contado en diversas oportunidades muchos choferes de taxis, tratando de explicarme lo inexplicable.

Montevideo es una ciudad de turistas, donde desembarcan muchos pasajeros de cruceros y es impensable que se le ofrezcan esos coches pequeños, estrechos, sin aire acondicionado y sin las mínimas comodidades. Me refiero a la mayoría de las unidades. No se trata de elegir una marca, eso sería arbitrario e impropio, pero de establecer medidas mínimas que deben respetar los que pretender brindar un servicio de transporte público de pasajeros. ¿No funciona así en el caso de los ómnibus?

Hace muchos años que Montevideo – donde todo, absolutamente todo está regulado y reglamentado – tiene un servicio muy malo de taxis y en esos muchos años los coches se han cambiado muchas veces. ¿A nadie se le ocurrió preguntar por qué no se reglamentan las medidas y las condiciones mínimas que deben tener los coches con taxímetro? ¿Por qué no lo pregunté yo mismo?  Incluso me interesé por los valores y supe que algunos modelos cuestan menos del 10%....del valor de la chapa del taxímetro. ¿No resulta un poco absurdo? ¿Y un poco incómodo para los pasajeros y para los choferes?